Una de las tradiciones navideñas más entrañables de la ciudad de Burgos es la elección del «obispillo», que siempre tiene lugar en la primera semana de diciembre. El pasado día 4, después del ensayo, 18 escolanos eligieron a Diego Pavel Gurzo como «obispillo» 2023. Esta elección se mantiene en secreto hasta el Domingo Gaudete (III Domingo de Adviento) en el que, en la Sala Polisón, se comunica a las instituciones civiles y religiosas este nombramiento, como ha sucedido este domingo, 17 de diciembre.
El acto de investidura del «obispillo» se celebrará el próximo 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. Este día, tras ser investido con báculo y mitra en el convento de las Salesas, visitará al arzobispo, Mons. Mario Iceta, en el Palacio Arzobispal. A continuación, junto a su comitiva, recorrerá a lomos de un caballo blanco, el paseo del Espolón, desde la Catedral, y se dirigirá al Consistorio para entregar a la alcaldesa de la ciudad, Cristina Ayala, las peticiones de los niños de Burgos para mejorar la ciudad en la que viven. Para recoger todas estas inquietudes, Diego Pavel cuenta con la ayuda de un vicario de la Escolanía, Kevin Alessandro Herbozo Bardales, y dos secretarios hermanos, Mario y Guillermo García Barbero.
El acto público de nombramiento ha contado con la presencia de numerosos padres y del padrino del «obispillo». En esta ocasión el «hermano mayor» será Félix Castro, deán de la catedral. Será el encargado de asesorar a Diego Pavel en todas aquellas decisiones más complejas. En sus palabras, el deán ha agradecido este honor y ha agasajado tanto al «obispillo» como a sus secretarios con los útiles de todo escribano.
Además del nombramiento del padrino, el director de la Escolanía, Amador Pérez Arnaiz, ha anunciado la puesta a punto y estreno del Coro de Jóvenes de la Catedral. En sus palabras ha recogido una demanda importante, porque «la Catedral cuenta con una coral de mayores, Santa María la Mayor, y una Escolanía de voces blancas, Pueri Cantores; es momento de dar voz a los jóvenes. Así sucederá el día del «obispillo», el 28 de diciembre, y en alguno de los domingos del mes de enero, en el que cantarán en la misa de doce de la Catedral».
La fiesta del «obispillo» se celebra desde la Edad Media y, en un origen, se trataba de un tipo de fiesta estudiantil que se hacía entre los niños pertenecientes a las escolanías de las catedrales. Según la documentación del Archivo de la Catedral de Burgos ya se celebraba en 1399. Precisamente, un 17 de diciembre de ese año, el Cabildo acordaba que el «obispillo de San Nicolás», que había sido previamente elegido, el 6 de diciembre, acompañado de dos mozos de coro, «comiera un año con los canónigos del coro del deán y otro con los canónigos del coro del arcediano». Los comendadores del Hospital del Rey acostumbraban a obsequiar al «obispillo de los Inocentes» y su comitiva con frutas, dulces y vinos, pero en 1454 no se hizo así, y el Cabildo entabló juicio con los comendadores por no haber cumplido con la costumbre.