La Oficina de Protección de Menores y Personas Vulnerables de la archidiócesis de Burgos ha presentado su Memoria correspondiente a 2023. En ella refleja las principales actividades que ha realizado durante el pasado año.
En 2023, esta Oficina, dirigida por la abogada Mercedes Hernández, realizó una intervención de acompañamiento. Y es que su principal actividad durante el pasado año fue la formación en materia de sensibilización y prevención respecto a la realidad de la violencia contra menores y personas vulnerables.
En ese sentido, desde la Oficina se han promocionado y coordinado jornadas de sensibilización para sacerdotes y agentes de pastoral, impartidas por profesionales de Voluntared. En ellas han participado 112 sacerdotes, repartidos en cuatro jornadas de formación, y 68 catequistas, en las jornadas que se han organizado por arciprestazgos de Burgos.
Además, el equipo de la Oficina ha participado en las jornadas de formación para responsables y miembros de las oficinas de protección que ha convocado la Conferencia Episcopal Española (CEE) y que se desarrollaron los días 3 de marzo y 19 y 20 de octubre.
La Oficina de Protección de Menores y Personas Vulnerables también ha hecho una importante labor de difusión de su existencia y actividad, a través de una entrevista publicada en Diario de Burgos (28/05/23), de la publicación en Sembrar y en la web de la archidiócesis de la primera jornada de formación para sacerdotes, así como de las jornadas de formación de los agentes de pastoral de Gamonal y de Miranda de Ebro en la web diocesana y en Archiburgos News.
En la revista Sembrar también se ha publicado el Código de Buenas Prácticas que ha desarrollado la Oficina y, en la web, se ha divulgado el Protocolo Marco para la Prevención y Actuación en casos de abusos a menores y personas equiparables legalmente que elaboró la CEE en abril de 2023.
La Memoria de la Oficina también recoge una serie de propuestas de actuación para este año 2024, entre las que destacan la elaboración de un fichero de parroquias y sacerdotes que hayan recibido formación; visitas a las parroquias en las que ningún sacerdote ha participado formación, para explicar de forma pormenorizada en qué consiste y su importancia; o la identificación de los equipos informáticos que existen en cada parroquia, así como de sus conexiones a Internet, para establecer medidas de seguridad que impidan o permitan controlar la navegación por páginas web de carácter sexual.
Además, la Oficina se ha propuesto para este 2024 recordar la importancia de promover la formación de los catequistas en esta materia y plantear fechas para nuevas formaciones de este colectivo; definir el contenido de la próxima formación dirigida a sacerdotes, así como hacer visible en parroquias y centros diocesanos la existencia de la Oficina, para hacerla accesible a todas las personas que puedan requerir de sus servicios.