Con el lema «la misión de acompañar», el pasado jueves se celebró en los salones parroquiales de San Pedro y San Felices el encuentro diocesano de Pastoral de Migraciones, que alcanzaba su décimo octava edición.Si en ocasiones anteriores se habló de la acogida y la escucha como elementos vitales en la pastoral de migraciones, en esta ocasión se ha puesto el foco en la necesidad de acompañar.
El objetivo del encuentro, como señala el consiliario de esta delegación, José Luis Lastra, no era otro que «hacer un chequeo a los proyectos de acogida» que parroquias y comunidades eclesiales como Cáritas, Atalaya o la Casa de Acogida San Vicente de Paúl desarrollan con migrantes.
Por ello contaron la participación del jesuita Martín Iriberri, director de Entreculturas y de Alboán, quien compartió su reflexión y experiencia en torno a cómo crear comunidades de solidaridad para una ciudadanía intercultural. También trasladó algunas claves de acompañamiento para vivir la hospitalidad.
Tras un animado coloquio, el encuentro terminó con unas conclusiones desarrolladas por los en torno a 50 asistentes al acto. Algunas de ellas, válidas en toda ocasión: sintonizar, escuchar, no juzgar, ponerse al mismo nivel, saber esperar, unir culturas, transmitir esperanza y partir de sentirnos llamados por Dios a esta misión. Otras claves que se aportaron de cara a los proyectos específicos de acogida fueron dedicar tiempo, continuidad, creer en la dignidad de cada persona, integrar y romper guetos, aceptar, respetar y promover la diversidad. Y pensando en las parroquias, se habló de motivar el acercamiento, crear vínculos, evitar los prejuicios, sensibilizar a la comunidad, y que nuestras parroquias tejan ciudadanía intercultural en medio de los barrios.
El encuentro, que también contó con momentos para el diálogo y la convivencia, concluyó recordando cómo «el acompañar está en el origen de todo proceso pastoral, que además deberá incluir otros verbos: servir, reflexionar, sensibilizar, incidir; pero siempre primero, acompañar».