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[Archivalladolid] Eran ya una realidad en distintos puntos de la geografía española. Y desde el pasado 15 de junio se han extendido también a la región del Duero, en forma de un primer Encuentro de obispos y juntas de cofradías de Semana Santa que nace con vocación de continuidad para «intensificar la formación de los cofrades». Una «preocupación», como ha recordado el obispo de Segovia, Mons. César Augusto Franco, que lo es también del Papa Francisco y del arzobispo de Valladolid, Mons. Luis Argüello, que aunque no pudo asistir a este primer Encuentro por el fallecimiento de su padre sí alentó su convocatoria.

Por parte de la archidiócesis de Burgos han participado Carlos Izquierdo, vicario general, que ha acudido representando al arzobispo; Lucinio Ramos, delegado de Piedad Popular y Cofradías; Luis Manuel Isasi, presidente de la Junta de Semana Santa; María Peña, presidenta de la Coordinadora de Cofradías de Aranda de Duero; y Teresa Tudanca, de la misma coordinadora.

Esta primera reunión, celebrada en el Colegio Nuestra Señora de Lourdes de Valladolid, ha servido para analizar debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de las cofradías en tres ámbitos: el culto, la evangelización y la caridad. Y es en este último en el que Guillermo Camino, consiliario de la Junta de Cofradías de Semana Santa de Valladolid, ha invitado a las hermandades a crear «un banco del tiempo», que ayude a poner en contacto a viejos y jóvenes cofrades y ayudar a combatir, así, una pobreza que no se puede cuantificar, pero que se hace presente en los cofrades de mayor edad: la soledad.

 

Un reto para las cofradías

Además de la de Valladolid, han acudido desde la provincia las juntas de cofradías de Semana Santa de Medina del Campo, Medina de Rioseco y Peñafiel. Pese a estar convocado para la región del Duero, conocida también como Iglesia en Castilla, ha intervenido también el director del Encuentro Nacional de Jóvenes de Hermandades y Cofradías que acogerá la ciudad de León en 2024 en el mes de octubre.

El obispo de Palencia, Mons. Mikel Garciandía, ha señalado un «reto claro», que implica hacer compatibles la «fidelidad» de «lo que se nos ha transmitido» con la «creatividad» para atraer a los jóvenes del siglo XXI.