Este lunes, 8 de julio, se ha celebrado un nuevo Círculo de Silencio organizado por la Delegación de Pastoral para las Migraciones y la Movilidad Humana de la archidiócesis de Burgos frente al Fórum Evolución de la capital burgalesa. En esta ocasión, además, ha contado con la participación de miembros de la Asociación Peruana Hijos del Sol en Burgos. Durante el encuentro, los organizadores han leído un manifiesto.
El centro de la reflexión ha sido la pregunta «¿por qué vienen los que vienen?». A este respecto, se plantearon algunas de las causas de las migraciones actuales, fijándose especialmente en la violencia e inestabilidad política que afecta a muchos países de Hispanoamérica, como Colombia, Venezuela, Honduras, Nicaragua o el propio Perú.
Este Círculo de Silencio también ha servido para denunciar dos situaciones recientes relacionadas con la política municipal de Burgos con respecto a las migraciones. Por un lado, la reducción a la mitad de las ayudas a la cooperación internacional, decisión calificada como «paso atrás» y que, recuerdan en su manifiesto, «si no contribuimos más a mejorar la calidad de vida en países empobrecidos, no nos quejemos luego de que la gente salga y venga aquí».
Por otra parte, en el manifiesto leído también de denuncian el reciente amago de controlar la inmigración irregular a través del padrón. Señalan que «el empadronamiento es un derecho y un deber. Proponer que la Policía Local vaya a inspeccionar los domicilios o sugerir un canal de denuncias anónimas supone sembrar miedo, confusión y sospecha hacia todo un colectivo, contribuye a asociar seguridad ciudadana con inmigración irregular. La historia nos demuestra lo peligrosas que son estas prácticas y las consecuencias nefastas que pueden tener para la convivencia ciudadana y para la seguridad e integridad de las personas».
El manifiesto concluye con la lectura de un extracto de la carta que los obispos de Canarias han publicado hace unos días, que el Círculo de Silencio ha suscrito también.