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Desde 1494, cada 15 de agosto, Santa María la Mayor recibe el homenaje de la ciudad. Fiel a la tradición, la corporación municipal, representada en esta ocasión por el concejal de Infraestructuras, ha renovado el voto de Burgos a la patrona, implorando «protección para los más débiles, consuelo para los que más sufren y fortaleza para los que están pasando malos momentos».

Juan Manuel Manso ha pedido la intercesión de la Virgen «para que entre todos nosotros logremos que Burgos sea una ciudad más humana, pacífica, solidaria, acogedora, moderna, generosa, tolerante y justa». Ha implorado por la familia, «la base de la sociedad», los jóvenes, los mayores y los que sufren violencia social, económica o política. También por los refugiados, los que padecen violencia en la relación de pareja y las víctimas de las guerras y el terrorismo: «que la justicia haga que el dolor sea resarcido y que la dignidad humana inunde nuestras vidas», ha rogado.

«No nos abandones; te pedimos que sigas dándonos tu luz y a los que tenemos la responsabilidad de tomar decisiones nos inspires para crear las condiciones adecuadas para generar empleo, oportunidades y bienestar para todos. Con tu patronazgo nada nos será imposible», ha concluido.

Mons. Mario Iceta ha acogido las peticiones y ha pedido a la patrona que sostenga a los que tienen la responsabilidad de cuidar y velar por el bien común de la sociedad. Para él, la de la Asunción es «la fiesta del final de la peregrinación de la Virgen María en esta tierra para continuar su labor materna desde el cielo».

«La historia de amor de Dios con la humanidad no puede terminar en catástrofe, porque es Padre misericordioso. Él no crea para la frustración, el odio o la aniquilación, él crea para la vida, una vida con mayúscula, para una plenitud, una comunión en el amor», ha explicado en su homilía. «El bien es sustancial y el mal es ausencia de mal; el bien es infinitamente superior al mal porque el Bien es Dios, verdad y vida».

Al igual que han realizado los miembros del cabildo a lo largo de la novena que ha precedido esta fiesta, también el arzobispo se ha querido fijar en la oración de santa María y sus actitudes en la vida. Recordando las palabras que recogen los evangelios, ha subrayado que «Dios da pleno cumplimiento a su vida, y también de la nuestra. Ante nuestra fragilidad, Dios cumplirá con nosotros su designio de amor».