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Invitado por los jóvenes de la parroquia de Santa Cruz de Medina de Pomar, el arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, se ha acercado este domingo, 15 de septiembre, hasta la ciudad medinesa para compartir el día con la comunidad parroquial.

En primer lugar, ha mantenido un encuentro y desayuno con los miembros del Consejo parroquial, el grupo de la Unidad Pastoral y los catequistas de la parroquia. El arzobispo le ha hablado del «cambio de chip», poniendo el foco sobre los nuevos tiempos que atraviesa la sociedad y, por tanto, la Iglesia. En ese sentido, les ha insistido en la necesidad de «resituarse» para seguir caminando y evangelizando.

Tras este primer encuentro, el pastor de la archidiócesis de Burgos se ha reunido con los jóvenes de la parroquia, que compartieron con él sus preguntas e inquietudes. Entre ellas su vocación al sacerdocio, cómo un sacerdote llega a ser obispo, qué es el primer anuncio y consejos para ser un buen catequista o para superar las críticas que los jóvenes reciben muchas veces por ir a la iglesia.

Con ellos ha caminado desde el centro parroquial de Juan del Campo hasta la iglesia para celebrar la eucaristía y hacer el envío de catequistas. En su homilía, Mons. Mario Iceta ha invitado a pedirle al Señor «que nos enseñe a entregar la vida, que nos ayude a dar sentido a nuestras cruces para que Él las llene de esperanza, paz y vida». Ha señalado cómo, a veces, el sufrimiento aleja a la gente de Dios, que intenta suprimir los problemas con medicina, pero «no todo el sufrimiento se puede suprimir con medicación. Los sentimientos más profundos encuentran sentido cuando se ama por quien se sufre y el Señor viene a llenar de sentido nuestro sufrimiento. Nos dice que ‘quien quiera seguirme, coja su cruz y me siga. ¿Cuál es tu cruz? Toma tu cruz, pero con amor, entregando la vida para ganarla», ha concluido.

El arzobispo ha finalizado su visita a Medina de Pomar saludando y compartiendo un breve encuentro con las hermanas clarisas del Monasterio de Santa Clara.