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Desde el punto de vista de la Diplomática, los documentos son cartas escritas en forma de súplica, de carácter privado, emitidas por particulares o un colectivo. Son documentos sencillos, no muy extensos, dirigidos al Cabildo de la Catedral de Burgos, el centro neurálgico de la ciudad en aquella época. En un gran volumen de documentos no se indica la fecha ni el lugar donde fueron elaborados.

El estudio de la tradición documental ha constatado que más de 400 de estos documentos son originales, muchos de los cuales son autógrafos. Hay un conjunto numeroso de peticiones rubricadas por el rogatario. Sin embargo, en otras, la validación no está presente.

Estas cartas de petición, en su mayoría, solicitan la concesión de un pago, limosna o una gracia o merced.

Las solicitudes de pago provienen de artistas que trabajan en la catedral durante los 130 años que abarca la sección, reclamando el abono o tasación de sus obras. Destaca la petición del maestre Hilario en 1527 quien solicita la tasación y el pago del pasamanos y otras rejas que está realizando para la Escalera Dorada. El rejero francés también pide un salario para sus oficiales y que, aunque sea extranjero, no se le discrimine. Ese mismo año, Arnao de Flandes expresa su descontento ante el Cabildo por la decisión de nombrar a otro maestro de vidrieras para la Catedral. En 1528, los maestros Juan de Orozco, pintor, Antón de Castro, entallador, y Felipe de Vigarny también solicitan el pago y tasación del retablo de Nuestra Señora del Milagro. En 1539, el año en que se derrumba el crucero, Bartolomé de Pierredonda, maestro cantero, pide que, tras evaluar el estado de la Catedral después del derrumbe, no se continúe con el proyecto del nuevo crucero porque, según el arte de la Geometría, pondría en peligro el resto de la iglesia.

Las peticiones de limosna reflejan la necesidad de la sociedad de la época y la correspondiente labor asistencial del Cabildo, paradójicamente en una ciudad considerada un centro financiero de primer orden en la primera mitad del s. XVI.

Las epidemias de peste, las malas cosechas, el hambre y otras calamidades provocan cientos de peticiones enviadas al Cabildo. Enfermos llagados o con mal de bubas, tullidos, ciegos, viudas, pobres de la ciudad, suplican ayuda para comer. Los religiosos de conventos y monasterios solicitan ornamentos, libros y ayudas para reparaciones. Muchos vecinos que viven en casas del Cabildo en las calles Tenebregosa, Cerrajería, Pozo Seco, Hospital de los Ciegos, Lancería o Cerería, piden se les alargue el plazo de pago del alquiler porque tienen que huir de la ciudad a causa de la peste. Incluso los estudiantes del Estudio del Sarmental, en 1529, solicitan un nuevo lugar donde leer Gramática al no poder congregarse debido a la epidemia.

Los viajeros, de paso por la ciudad, también remiten sus peticiones al Cabildo. El criado del infante Fernando de Castilla reclama ayuda porque en su viaje de Lisboa a Flandes, con unas cartas de la reina de Portugal, había sido robado. El clérigo Hernando de Argüello, solicita una ayuda al encontrarse en la ciudad sin sustento ya que su barco, navegando desde Roma a Barcelona, sufrió el ataque de Andrea Doria, quien les robó y mató a parte de la tripulación.

Varias solicitudes de limosna son para el rescate de cautivos. En 1530, la condesa de Hungría pide ayuda para rescatar a su marido, cautivo de los turcos. Unos años más tarde, un vecino de Jerez solicita limosna para rescatar a dos hermanos, también cautivos, por el rey de Fez. Los presos de Santa Pía, la cárcel del obispo, imploran ayuda y un traslado a la cárcel del Cabildo, el Husillo, aparentemente más confortable.

Finalmente, en cuanto a las solicitudes de mercedes son habituales las de los bachilleres que piden permiso al Cabildo para continuar su formación en el Estudio de Valladolid, Salamanca o Alcalá de Henares, así como las peticiones de capellanías u otras prebendas vacantes.

Los documentos que forman parte de los Libros de Peticiones Originales son el vivo reflejo de la sociedad de una época y de su forma de vida. Son momentos detenidos en el tiempo. El estudio y análisis científico de estos documentos será una fuente valiosa de investigación.

En el acto de presentación se ha procedido a la firma del convenio de colaboración entre el Cabildo Metropolitano de Burgos y Fundación Círculo por el cual esta entidad continúa un año más apoyando el proyecto de catalogación e informatización del Archivo Histórico de la Catedral de Burgos.

Con la catalogación de esta sección se han puesto a disposición de los investigadores, durante 30 años, más de 250.000 documentos que pueden consultarse en el catálogo en línea mediante la web de la Catedral de Burgos y la de Fundación Círculo. Se han editado en total 96 libros del catálogo.