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El imponente retablo de piedra de la iglesia de San Nicolás, que algunos atribuyen a la familia de los Colonia, ha servido hoy como telón de fondo sobre el que el teatro, la danza, la poesía y la música se han transformado en oración. Esa es la intención de la NAO, la Noche de Arte y Oración que, desde hace cuatro años, reúne a grupos de toda la archidiócesis para «encontrarnos unos con otros, compartir lo que somos y tenemos y juntarnos en oración a través del arte para presentárselo al Señor y dejar que él llene nuestros corazones con su gracia y su fuerza», como explica Marta Allende, una de las coordinadoras del evento.

La coral de cámara San Esteban ha sido la primera en ofrecer sus melodías pasadas las 18:00 horas. Por detrás, y hasta el filo de la media noche, otros treinta y dos grupos han ofrecido danza, poesía, teatro, música y dibujo en un clima de silencio y como expresión de oración. Entre sus integrantes, miembros de coros parroquiales, personas sin hogar, participantes de programas de Cáritas, religiosos y animadores de la liturgia en el mundo rural, entre otros. También han participado por primera vez en el acto miembros de la comunidad evangélica. Muchos viven en la capital, pero han sido numerosos los que se han desplazado desde Santa María del Campo, Cardeñadijo, Melgar de Fernamental, Covarrubias, Salas de los Infantes, Villalbilla, Pardilla, Marmellar y hasta Zaragoza, desde donde se han trasladado un grupo de voces y guitarras, que han puesto broche final a la jornada.

«Paz nacida del perdón»

«Queremos que lo que llevamos dentro, se convierta, desde la gratuidad, en algo para todos», sostiene Allende. Según explica, el arte es un buen camino para transformar la sociedad «según el plan de Dios». Por eso, las actuaciones de esta noche han pretendido también implorar el don de la paz para «un mundo violento y con muchos problemas y guerras internacionales». «Es un buen momento para pedir al Señor la paz que todos tenemos que construir a nuestro alrededor».

La Noche de Arte y Oración nació en la archidiócesis de Barcelona hace más de dos décadas. Su propuesta fue extendiéndose por el país y, desde que se celebrara en Burgos con motivo del VIII Centenario de la Catedral, con la de hoy ha alcanzado su cuarta edición, después de las desarrolladas en San Lorenzo y el Seminario. Los organizadores trabajan ya para que la propuesta se celebre al año que viene fuera de la capital, en la iglesia de Santa María de Aranda de Duero, que hoy también se han hecho presentes en el acto para «recoger el testigo».