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La Delegación para la Educación de la archidiócesis de Burgos ha organizado un retiro con motivo del tiempo de Adviento que acaba de comenzar. Titulado Preparando nuestra cuna para Jesús, este retiro ha estado animado por el sacerdote Eduardo Dorado Pardo, y en él han participado cerca de una veintena de profesores de Religión de la provincia.

 

En él, ha recordado que el Adviento «tiene una triple índole: recordar, celebrar y esperar la venida de Jesús». Los participantes en el retiro también pudieron analizar las actitudes básicas a tener en cuenta en las cuatro semanas que dura este tiempo litúrgico: que es «un tiempo de conversión, que tenemos la que tener la necesidad de ser salvados, que tenemos que tener sed del Dios que viene y vivir en la alegría».

 

En el retiro, Dorado también ha ofrecido una reflexión sobre los cuatro domingos que vienen: «Con el Evangelio de Lucas, en el I Domingo, vive atento y despierto. En el II Domingo vemos cómo la Palabra de Dios cala en la historia, con Juan el Bautista y con María en la Anunciación. En el III Domingo, el domingo gaudete, podemos contemplar la alegría, el regocijo de que Jesús está cerca. Y en el IV Domingo, el último, breve pero intenso, vemos a dos mujeres creyentes, Isabel y María. De ellas aprendemos cómo tenemos que ponernos en camino, porque María es la madre del Señor, la creyente, la evangelizadora y la portadora de esperanza».

 

Por lo tanto, para el sacerdote, en este Adviento las conclusiones para preparar bien la cuna a Jesús son «estar despiertos, desembotar el alma, vivir cada día con ojos nuevos, también confiando y haciendo que los demás confíen y, sobre todo, recordando que nada es imposible para Dios». Pero, lo más importante, a juicio de Dorado, es «vivir desde la alegría que da el Señor, siendo peregrinos de esperanza en nuestra historia concreta de cada día, en la que Dios nos llama a hacer el bien, a ser felices y hacer felices a los demás», concluye.