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La catedral de Burgos ha acogido este martes, 17 de diciembre, la 66ª Edición del Pregón de Navidad de la Fundación Círculo Burgos, en un acto que ha reunido a las principales autoridades de la ciudad y de la provincia, entre los que se encontraban Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, arzobispo de Burgos, y Mons. Fidel Herráez Vegas, arzobispo emérito de Burgos.

 

El encargado de dar la bienvenida al acto ha sido el deán-presidente del Cabildo Metropolitano de Burgos, Félix José Castro Lara, quien ha realizado una profunda reflexión sobre el poder de la palabra, citando a Platón y a Séneca y recordando que «la palabra es un río que fluye entre la memoria y el presente», como señalaba Antonio Machado en su obra Campos de Castilla.

 

Por su parte, el encargado de presentar al pregonero ha sido el presidente de la Fundación Círculo Burgos, Emilio de Domingo Angulo, quien ha manifestado que «tenemos verdadera necesidad de buenas noticias» en un año marcado por la dificultad, recordando especialmente «el desastre ocasionado por la dana en Valencia». En su intervención, ha destacado que la Navidad debe transmitir un mensaje de esperanza, defendiendo «un mundo donde prevalezcan los valores que nos enseñan los niños con su mirada limpia, leal, su ternura, su sencillez».

 

Una vez ofrecida la bienvenida y la presentación del pregonero, ha subido al estrado el historiador Francisco José Gómez Fernández, quien ha desplegado en la catedral de Burgos un pregón navideño titulado Ocho escenas persistentes y un pregón de Navidad. Un discurso que ha trascendido lo tradicional, convirtiendo las ocho escenas del Belén en un profundo análisis espiritual y social. «Hay que estar despierto en la oscuridad de la noche encontrando las luces de esperanza, por pequeñas que sean», ha proclamado ante un auditorio que escuchaba con absoluta atención.

 

Con una prosa rica en matices históricos, Gómez Fernández ha desentrañado cada escena bíblica como una metáfora de la condición humana. Ha comenzado denunciando la superficialidad navideña actual: «No hacemos más que comer y gastar. Y el turrón, puesto en los supermercados ya en octubre». También ha criticado la tendencia a reducir la Navidad a un mero evento comercial, con «canciones anglosajonas en lugar de nuestros atinados villancicos» y «espectáculos de encendido de luces sin referencias trascendentes».

 

Sin embargo, su mensaje ha sido fundamentalmente esperanzador. Ha recordado que, en países como Irán, Corea del Norte o China, «celebrar cristianamente estas solemnidades te supone la cárcel». Un alegato en defensa de la tradición que ha resonado con fuerza entre los presentes, citando las palabras de Benedicto XVI en Cuatro Vientos: «Que ninguna adversidad os paralice. No tengáis miedo al mundo, ni al futuro, ni a vuestra debilidad».

 

Las ocho escenas del Belén se han convertido en un viaje existencial en el pregón de Gómez Fernández. De la Anunciación, destacó «las dos mayores fuerzas de la historia: la oración y el amor». Sobre la Sagrada Familia, ha reflexionado con profundidad: «Todas las familias son problemáticas, disfuncionales. La Sagrada Familia también lo era, pero tenía a Dios en el centro, lo que le supuso exigencias, dolores y plenitud».

 

Especial significación han tenido sus reflexiones sobre los Reyes Magos, a quienes ha definido como «lo mejor de la Navidad» y «buscadores del infinito». Ha destacado su capacidad para «ver con los ojos del corazón», para «encontrar lo grande en lo pequeño y a Dios en lo escondido, en lo humilde, en lo pobre».

 

Un momento emotivo ha llegado cuando ha narrado la tregua de Nochebuena de 1936 en el monte Kalamua, donde milicianos republicanos y requetés navarros intercambiaron cigarrillos y cartas, un gesto de humanidad en medio de la guerra. «Es importante para nuestra España de hoy que estos momentos de nuestra rica historia brillen por encima de los odios políticos», ha enfatizado.

 

El pregón de Gómez Fernández no ha esquivado la dureza. Ha hablado de los 5.600 cristianos martirizados en 2023, recordando que «seguir a Cristo significa ponerse del lado del que sufre». Sin embargo, su mensaje final ha sido de esperanza: «Hay que estar dispuestos a ponerse en camino, a no acomodarse, para crecer, para avanzar».

 

Con la cita del poeta Gregorio Martínez abriendo su pregón —«Bendito seas diciembre, el mes de la noche buena, que a todos nos haces niños al son de tu pandereta»—, Gómez Fernández ha logrado convertir un discurso tradicional en una profunda reflexión sobre la condición humana, la esperanza y la trascendencia.

 

Tras el pregón, ha llegado la actuación musical a cargo del Trío Portamento y la soprano Almudena Martínez Huidobro, que han interpretado un programa de canciones navideñas, así como la actuación de la coral de la Escuela de Danza Ana Laguna dirigida por Paloma Revilla y ganadora del Certamen de Villancicos de la Fundación Círculo Burgos.