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El arzobispo, en la Epifanía: «El regalo más grande es Dios»

El arzobispo de Burgos. ha presidido este lunes la misa en la solemnidad de la Epifanía del Señor en el altar mayor de la catedral de Burgos, reflexionando sobre el sentido profundo de esta festividad y su significado en la vida cotidiana de los fieles. Durante su homilía, Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa ha destacado la importancia de reconocer la luz de la sabiduría divina y de valorar las relaciones humanas por encima de los bienes materiales.

En sus palabras, ha señalado que «el mundo contemporáneo no es capaz de vislumbrar el sentido de las cosas según Dios», y ha enfatizado la necesidad de caminar bajo la luz del Señor para encontrar la paz y la reconciliación. También ha subrayado cómo la solemnidad de la Epifanía, además de recordarnos la manifestación de Dios al mundo, nos llama a ser generosos con quienes más lo necesitan.

 

El prelado ha hecho un análisis profundo de las lecturas del día, especialmente del capítulo 60 del libro de Isaías, que presenta una visión universal de paz y unidad. Ha reflexionado sobre la importancia de caminar bajo la luz divina, como símbolo de la sabiduría y bondad de Dios, y cómo esta luz debe guiar a la humanidad hacia la reconciliación y la concordia. «Mientras esa luz no brille sobre el mundo, difícilmente pueda aparecer una paz, una concordia, una reconciliación», ha afirmado.

 

Asimismo, ha hecho referencia al relato evangélico de los magos de Oriente, destacando su capacidad para buscar a Dios con una mente abierta y sin prejuicios. Estos hombres sabios, que no pertenecían al pueblo elegido, se convirtieron en símbolo de la humanidad que se postra ante el misterio de Dios hecho niño. «Son capaces de reconocer la sencillez y la humildad, la sabiduría de Dios y el poder de Dios que se revela en el amor pequeño y en el amor sencillo de un niño», ha explicado.

 

El arzobispo también ha animado a los fieles a reflexionar sobre los regalos de los Reyes Magos: oro, incienso y mirra, como expresión de la dignidad y grandeza del ser humano. Al mismo tiempo, destacó que el regalo más grande es Dios mismo, y que este regalo se manifiesta también en las relaciones humanas: «El regalo más grande para los niños son sus padres y sus seres queridos».

 

La celebración ha contado con una alta participación de fieles, quienes también renovaron su compromiso con los más necesitados, inspirados por el mensaje del arzobispo. La Epifanía, conocida popularmente como el Día de Reyes, no solo nos invita a celebrar los regalos materiales, sino a profundizar en el regalo espiritual de la fe y el amor al prójimo. En este sentido, el prelado ha concluido su homilía invitando a los presentes a ofrecer su corazón a Dios y a compartir su amor con los más vulnerables, recordando que «nunca debemos olvidar a aquellos que más necesitan de nuestra esperanza y nuestro afecto».