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La Institución Teresiana ha celebrado en Burgos el centenario de su aprobación pontificia con una solemne misa presidida por Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, arzobispo de Burgos, en la iglesia parroquial de San Cosme y San Damián de la capital. Una celebración que ha congregado a numerosas personas vinculadas a este asociación de fieles, desde miembros de la propia institución a familiares, amigos, allegados… pasando también por antiguos alumnos de distintos centros educativos de la ciudad que, a lo largo de su historia, han estado inspirados por su labor. También ha participado en la celebración una de las integrantes del Consejo General de la Institución Teresiana.

 

Junto al arzobispo de Burgos, han concelebrado Mons. Fidel Herráez Vegas, arzobispo emérito de Burgos y Mons. Ramón del Hoyo López, obispo emérito de Jaén. Precisamente, de Jaén es el fundador de la Institución Teresiana, san Pedro Poveda, y también la primera miembro de la Institución, Josefa Segovia.

 

En su homilía, Mons. Iceta se ha referido al Evangelio proclamado (Mateo, 5, 13-16), en la que el Señor pide a los apóstoles que sean la sal y la luz del mundo. El arzobispo ha animado a los presentes a llevar este mandato a la práctica en sus vidas, y ha señalado cómo la Institución Teresiana, siempre vinculada a la educación -particularmente en la archidiócesis de Burgos- es un ejemplo de cómo ser sal y luz para los demás.

 

Además, el arzobispo ha explicado que la sal tiene cuatro sentidos bíblicos: preserva de la corrupción, da sabor -sabiduría-, es símbolo de la Alianza -las ofrendas en el Templo siempre se presentaban con una pizca de sal- y, también, es símbolo de bendición y de paz.

 

Durante las ofrendas, miembros de la Institución han ofrecido la sal, la luz y los estatutos de la Institución, que han acompañado también con un ramo de flores, y que han acompañado al pan y al vino para la celebración eucarística. Concluida la misa, ha habido un sentido agradecimiento por parte de una representante de la Institución. Después de la celebración, la Institución ha ofrecido un chocolate caliente en los salones parroquiales.