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«Reilusionarnos» es la palabra con la que José Antonio Cano, consiliario nacional de Acción Católica General, ha comenzado su intervención en el encuentro sobre acompañamiento a grupos de vida organizado por la Delegación para el Laicado. Ese ha sido el propósito que ha guiado la tarde en la que medio centenar de personas han escuchado y reflexionado sobre el acompañamiento a grupos de vida.

 

La intervención de Cano ha estado atravesada por dos conceptos que se han reiterado en su exposición: que tanto el acompañamiento como la vida de los grupos abarquen de forma integral las dimensiones de las personas (corporal, intelectual, afectiva, volitiva, relacional y comunitaria, espiritual y biográfica), y que el acompañamiento tenga como objetivo que la persona acompañada llegue al compromiso de un discipulado misionero.

 

Para conseguir ambos objetivos el consiliario nacional de Acción Católica General ha subrayado que la persona que acompaña tiene que «regalar preguntas de vida para andar el camino» en contra de la tentación de «regalar consejitos». En este sentido ha advertido de que, como hizo Jesús, el acompañamiento debe llevarse a cabo lo suficientemente cerca como para ser significativo, pero con la suficiente distancia para respetar el proceso de la otra persona. Centrar el proceso en la persona o en la comunidad y no en sus problemas o situaciones vitales, y saber escuchar han sido otras dos claves lanzadas por el experto para llevar a cabo un buen acompañamiento.

 

Además de tomar como ejemplo de acompañamiento a Jesús en el episodio de la multiplicación de los panes y los peces relatado por Juan, José Antonio Cano ha ofrecido un decálogo del acompañamiento extraído de la encíclica Evangelii Gaudium.

 

Las personas participantes en el encuentro han tenido la oportunidad al finalizar la intervención del experto de plantear inquietudes, aterrizando en cuestiones prácticas como la manera de arrancar estas experiencias o la forma de colaboración en ellas de movimientos y parroquias.

 

Con un optimista e ilusionante «se puede» el ponente ha finalizado su intervención alentando a dar el siguiente paso para iniciar nuevos procesos de acompañamiento en la archidiócesis de Burgos.