El pasado viernes, 30 de mayo, tuvo lugar la reunión del Colegio de Arciprestes para cerrar el curso corriente. En esta ocasión fue el Monasterio de San Juan de Ortega el lugar elegido por Julio Alonso Mediavilla, vicario Territorial, para esta jornada de trabajo y convivencia.
En un primer momento se estudió la recepción del documento Orientaciones Pastorales para el Mundo Rural. La recepción del mismo ha sido muy positiva generando conciencia de la necesidad de trabajar en equipo con la presencia de laicos y religiosos. Se constata un resurgimiento de los Consejos Pastorales Arciprestales, así como un mayor entusiasmo por una pastoral de conjunto. Un notable número de grupos ha estudiado el documento y ya son varias las iniciativas de aplicación. Destaca la figura de los referentes parroquiales, ya existentes en muchos casos, pero ahora reconocidos con mayor protagonismo.
Igualmente, el Colegio de Arciprestes valoró como una herramienta necesaria el documento Orientaciones para la Creación del Equipo Pastoral. Para el próximo curso está prevista la constitución de ocho unidades pastorales. Estas indicaciones serán muy útiles para el equipo que lleve a cabo la dinamización de cada una de ellas.
Otro de los aspectos tratados en la reunión fue la aprobación del plan de formación permanente para el próximo año. En él destacan la formación humana en su dimensión psicológica, sociológica y afectiva con Fernando del Castillo. Igualmente, habrá sesión formativa con Cáritas y con Pastoral de la Salud. Se seguirá el proceso de aplicación del Sínodo de obispos con el profesor Eloy Bueno de la Fuente. El vicario para el Clero, Miguel Ángel Díez Villalmanzo, ha programado también tres tandas de Ejercicios Espirituales. Se informó también sobre las iniciativas de la Oficina de Protección de Menores y Personas Vulnerables, así como de la celebración del Jubileo Diocesano el próximo 8 de junio.
Tras la sesión de trabajo, el grupo de arciprestes y vicarios se dirigió a la Iglesia de San Juan de Ortega. Su párroco, Andrés Picón Picón, fue el encargado de conducir al grupo para descubrir en su historia los tesoros de este magnífico emplazamiento casi milenario. La reunión concluyó con una comida fraterna acompañada por el arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa.