TT Ads

El Círculo de Silencio celebrado este lunes en Burgos ha querido visibilizar y agradecer el trabajo de las personas que se dedican a los cuidados y las tareas del hogar, un sector con más de 600.000 trabajadores en España, la mayoría mujeres y muchas de ellas migrantes. Bajo un sol intenso y con un viento del norte que complicaba mantener en pie las pancartas, el acto ha contado con una participación especial de miembros de Atalaya Intercultural, responsables de la lectura del manifiesto.

Durante la intervención, se ha recordado que el 88 % de quienes se dedican a estas tareas son mujeres, el 56 % tienen nacionalidad extracomunitaria y alrededor de 70.000 viven en situación administrativa irregular. Junto al reconocimiento a su trabajo —esencial pero muchas veces invisibilizado—, también se ha denunciado su precariedad, las malas condiciones laborales y la falta de protección social.

En el manifiesto se ha reclamado que los cuidados sean reconocidos como un derecho social, se flexibilice la normativa de extranjería para permitir contrataciones legales, se reduzcan las barreras burocráticas y se garantice la prevención de riesgos laborales en este ámbito. A modo de representación simbólica, varias mujeres migrantes han participado barriendo el suelo, cuidando de una bebé o acompañando a una persona mayor con movilidad reducida, como imagen viva del servicio que prestan tantas trabajadoras en silencio cada día.

Además, en un contexto marcado por recientes declaraciones políticas que promueven la expulsión masiva de extranjeros, el Círculo ha alzado la voz contra el racismo y la exclusión. Se ha apostado por una sociedad integradora y abierta, recordando con firmeza que «aquí no sobra nadie».