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Se ha completado el mural que presenta la fachada donde están presentes los salones de la parroquia de Santa Casilda en Miranda de Ebro. Se trata de una idea que llevan barajando desde hace varios años los sacerdotes de la Unidad Pastoral de Santa Casilda y San Nicolás, tal como relata Fernando Puigdomenech, uno de sus vicarios parroquiales. La pared que se sitúa enfrente del edificio de los Juzgados de la localidad y era habitual que esta pared tuviera pintadas y grafitis, por lo que limpiarlo suponía un esfuerzo personal y económico para los miembros de la parroquia. Por ese motivo se tomó la decisión de realizar algo que supusiera una mejora de la pared, ofreciendo a la ciudad un espacio que reúne arte y fe.

 

El principal problema ha sido la financiación, pues las entidades públicas no sufragan este tipo de proyectos. Puigdomenech destaca la implicación del grupo de adolescentes y jóvenes de la unidad, que vendían gominolas a las salidas de las eucaristías dominicales. Un esfuerzo admirable, pero lento que dio una vuelta cuando una donante anónima, se ofreció a pagar la totalidad del proyecto. Una persona de la ciudad que vio la posibilidad de ayudar a su comunidad al conocer el proyecto.

 

Una vez conseguida la financiación, el proyecto pudo concretarse con la empresa Tinte Rosa, del artista local Esteban Espinosa, conocido por haber realizado otros grandes murales en la ciudad, además de pintar con su arte diferentes comercios locales. El artista pudo desarrollar su creatividad con las indicaciones que le propusieron los responsables parroquiales, dejando libertad para que pudiera plasmar lo que considerase más conveniente. Los miembros de la parroquia estuvieron contentos con el proyecto presentado, que en la última semana ha pasado del papel a las piedras.

 

Los dos elementos principales del mural son las imágenes religiosas de la Virgen de Altamira, patrona de la localidad en la parte e izquierda, y de Santa Casilda, santa que da nombre a la parroquia en la parte derecha. El autor ha utilizado una imagen moderna de ambas figuras, destacando los elementos por los que son recordados. En el caso de Santa Casilda, con el pan y las rosas, que recuerda el milagro atribuido a la santa. Entre las dos imágenes, el lugar central lo ocupa el puente sobre el río Ebro, que es la unión natural entre las dos partes de la ciudad. Además, el autor recoge otros elementos de Miranda.

 

Fernando Puigdomenech, en nombre del equipo de sacerdotes de la unidad pastoral, destaca que el autor ha hecho una obra que combina el arte con la fe y la devoción. Lo que ha dado lugar a este mural que pretende ser un elemento de encuentro para los cristianos de Miranda, que no debe quedarse solo en las puertas de la parroquia. Nos invita a entrar en el templo y dar gracias al Señor y pedir que nos acompañe.