Mons. Rafael Cob García, obispo del Vicariato Apostólico de Puyo en Ecuador, ha regresado este verano a La Horra, su localidad natal en la Ribera del Duero. Tras cumplir este curso 26 años de servicio episcopal en la selva amazónica, el misionero burgalés ha dedicado unos días al descanso, la oración y la convivencia familiar. «Las vacaciones son un gran regalo que Dios, dueño de la vida y del tiempo, nos concede», asegura.
Paseos entre viñedos y oración diaria
El obispo reconoce que, tras un curso exigente en la misión amazónica, el descanso es imprescindible: «Al final de curso uno se siente cansado, necesitado de desconectar con el ir y venir de cada día».
En La Horra ha disfrutado de paseos matinales por los pinares y viñedos, ejercicio que combina con la oración y la eucaristía diaria en la iglesia parroquial. También ha retomado algunos de sus hobbies, como la pintura y la lectura. Este verano ha profundizado en La búsqueda de la armonía en la diversidad, un libro que fomenta el ecumenismo y el diálogo.
Encuentros y raíces de Mons. Cob
Durante su estancia, Mons. Cob ha compartido largas conversaciones con su familia y ha podido reencontrarse con antiguos compañeros del seminario y misioneros que trabajaron en Ecuador. Además, visitó la abadía trapense de Dueñas para rezar ante la tumba de san Rafael Arnáiz, «pidiendo por nuestros misioneros».
El obispo también participó en la Semana de Misionología de Burgos y en el Día del Misionero Burgalés, además de celebrar las bodas de plata matrimoniales de su hermano. «Ha sido una gran alegría compartida en familia», afirma.
«Volver a La Horra es mi mejor playa»
Mons. Rafael Cob subraya que este tiempo le ayuda a recargar fuerzas: «Las fuerzas físicas del ayer no son las mismas hoy, aunque el espíritu sigue siendo fuerte y animoso cuando ves crecer una Iglesia misionera, fraterna y sinodal».
Antes de regresar a Ecuador, expresó su gratitud por lo vivido: «Volver a La Horra es mi mejor playa. Como burgalés y horrense no olvido mis raíces. Recordar, como dicen, es volver a vivir».