TT Ads

Los colegios que configuran la fundación educativa Manjón-Palencia serán algunos de los primeros agentes en poner en marcha el proyecto diocesano de educación afectivo social, con el que desean «enseñar a amar a nuestros niños y adolescentes». Y porque la educación en estos ámbitos la ejecuta «el que primero llega», los colegios diocesanos no quieren abandonar esta importante tarea, sabedores de que los jóvenes se presentan en sus aulas «con el corazón herido, seco y acartonado, con heridas emocionales».

De esta manera, los cinco colegios de titularidad diocesana y el colegio del Círculo se suman a un «proyecto común de responsabilidad compartida», como lo ha definido el arzobispo, «para que nuestros centros sean un faro de luz». «La nuestra es una propuesta diferente, se la queremos ofrecer para que ellos después elijan, sabiendo que nuestra propuesta cristiana es infinitamente superior a lo que hoy se oferta. Queremos educar para amar bien, ofrecer herramientas para sanar heridas, ser felices y crecer amando de verdad».

Monseñor Mario Iceta ha declarado que estamos ante una «emergencia educativa» y que, en este contexto, los educadores tienen que ser maestros y testigos antes que simples transmisores de conocimientos, pues «olvidamos fechas y fórmulas pero no olvidamos nunca al maestro que sembró esperanza en nuestra infancia». «La escuela no es un espacio neutro», ha declarado. Por eso, los educadores cristianos han de manifestar que «razón y fe no se excluyen», haciendo que la calidad de la enseñanza brille por la coherencia de los docentes. «Nadie puede educar de verdad si no hay coherencia entre lo que enseña y lo que vive».

Ungidos y enviados

Los docentes que imparten clases en los colegios de la fundación Manjón-Palencia han inaugurado hoy de forma oficial el nuevo año académico. Tras el descanso veraniego, el salón del Círculo ha servido como plataforma para indicarles las líneas maestras que seguirán durante el curso, que llevará como lema «En-amor-arte». Además del acto institucional, la jornada ha contado también con la celebración de una eucaristía en la parroquia de San Cosme y San Damián.

En su homilía, el arzobispo ha vuelto a recordar a los profesores que, como Jesús, ellos también son «enviados a evangelizar», «a enseñar a mirar con ojos nuevos, a que los alumnos sean felices y miren el futuro con esperanza». Además de trasladar conocimientos, su «misión» es sanar a los jóvenes de mirar las apariencias y buscar éxitos rápidos en las redes sociales, y de liberarlos de las esclavitudes de las dependencias a las que se ven abocados.