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El Cabildo de la catedral de Burgos ha renovado recientemente sus cargos internos con la aprobación del arzobispo, mons. Mario Iceta, en un proceso en el que Félix José Castro ha sido reelegido como deán para un segundo mandato consecutivo. Acompañado en esta nueva etapa por Andrés Picón como vicepresidente, José Luis Pascual al frente del área de patrimonio y José Luis Cabria en el ámbito del turismo, Castro afronta el reto con gratitud y una visión clara: seguir haciendo de la catedral un templo vivo que combina su dimensión espiritual con la cultural y patrimonial.

 

Durante una entrevista en el programa El Espejo de Cope Burgos, Castro ha expresado su agradecimiento al Cabildo y a todos los que forman parte de la vida diaria del templo —religiosas, trabajadores, voluntarios e instituciones— por la confianza depositada en él. Para el deán, el objetivo es continuar mejorando todas las áreas de trabajo de la catedral, liturgia, patrimonio, turismo, caridad y cultura: «Queremos ganar en excelencia y seguir generando futuro», ha expresado.

 

Una de las principales novedades de esta etapa es la incorporación de personal laico especializado: Rodrigo Calzada se encargará del área musical, Jaime Prado coordinará eventos y estrategias de desarrollo y Verónica Quintanilla estará al frente del mantenimiento y conservación del templo. Según el deán, esta profesionalización responde a la necesidad de afrontar una gestión cada vez más exigente y diversificada, sin perder de vista la identidad fundamental de la catedral como espacio de culto.

 

De hecho, el deán ha hecho especial hincapié en la importancia de la liturgia y la evangelización, destacando los avances logrados en los últimos años en la acogida a peregrinos y la participación de los fieles. Sin embargo, ha reconocido que el canto litúrgico es un área pendiente de reforzar y, en esa línea, se enmarca la incorporación de Calzada como responsable musical.

 

Respecto a la dimensión cultural y turística de la catedral, que este año volverá a batir récords de visitantes, el deán subrayó que el objetivo no es sólo mostrar el valor artístico del templo, sino también provocar una experiencia de trascendencia. «Queremos que quien nos visite no solo vea obras de arte, sino que capte el mensaje espiritual que esas obras transmiten», ha explicado, mencionando iniciativas como la app interactiva o la visita nocturna Stella, concebida como una catequesis visual.

 

Uno de los proyectos más comentados en los últimos años ha sido el de las puertas de Antonio López. Pese a la polémica inicial, Castro se ha mostrado tranquilo y convencido de que, una vez instaladas en el museo de la catedral, generarán admiración y orgullo entre los burgaleses. «No me quitan el sueño. Todo lo que suponga enriquecer el patrimonio de la catedral debe ser motivo de gozo, no de debate estéril», ha afirmado.

 

Finalmente, el deán no no ha ocultado el orgullo que supone liderar, en sus propias palabras, «la mejor catedral del mundo». Con una media de edad de 60 años entre los diez canónigos activos del cabildo, considera que el equipo actual tiene la energía y la ilusión necesarias para afrontar los desafíos de un templo que nunca puede quedarse quieto. «La responsabilidad es grande, pero también lo es la esperanza y la vocación de servicio».

 

Con este segundo mandato, Félix Castro y su equipo se preparan para seguir escribiendo una nueva etapa en la historia de un monumento que no solo es patrimonio de Burgos, sino también un referente espiritual, artístico y cultural para España y Europa.