Con el inicio de curso, los profesores de Religión de los centros públicos y concertados de la archidiócesis se han dado cita en el Seminario de San José para recibir la missio canónica de manos de Mons. Mario Iceta, arzobispo de Burgos.
En el inicio del curso escolar, los profesores de Religión de los centros públicos de la provincia han recibido este jueves de manos de Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, arzobispo de Burgos, la missio canónica que les envía a desempeñar su labor docente «como auténticos testigos del Evangelio». El acto ha tenido lugar durante la misa votiva del Espíritu Santo celebrada en la capilla mayor del Seminario de San José, donde el arzobispo ha exhortado a los profesores a «mostrar a los jóvenes el camino de la vida y la verdad que ilumina sus corazones».
«No creo que nadie pueda hacer más feliz que Jesucristo»
En su homilía, el arzobispo ha recordado a los docentes que «la enseñanza de la Religión es un servicio impagable», especialmente en un contexto en el que «muchos jóvenes ya no distinguen entre el bien y el mal, entre lo verdadero y lo falso, entre lo real y lo virtual».
Mons. Iceta ha reconocido la dificultad de la tarea educativa y ha animado a los profesores a mantener viva la ilusión de su vocación: «El Señor nos reanima, nos vuelve a enamorar, nos vuelve a ilusionar».
«Yo ofrezco a Jesucristo para que seas feliz», ha afirmado, «y si encuentras algo que te haga más feliz, adelante, pero no creo que nadie pueda mostrar un camino de luz y esperanza como Él». Por eso, ha invitado a los docentes a enseñar a los jóvenes «a no conformarse con ser gallinas de gallinero, sino a volar alto y a construir una vida apasionante».
«Pedir», «buscar» y «llamar»: tres actitudes para el profesor cristiano
Comentando el Evangelio del día, el arzobispo ha centrado su mensaje en tres verbos: pedir, buscar y llamar. «Pedid y se os dará —ha señalado—: pedid ilusión, paciencia, fortaleza, capacidad de consolar y de conocer a los chavales». También ha animado a los profesores a «buscar los modos y caminos de llegar al corazón de los alumnos» y a «llamar con la Palabra de Dios en sus corazones, como el Señor que toca la puerta y espera ser recibido».
Mons. Iceta ha explicado que la tarea del profesor de Religión es una auténtica misión: «No es mi palabra, es Tu Palabra; no es mi campo, es tu campo. Que el Espíritu Santo os transforme y os envíe».
«El Espíritu Santo os da la fuerza para educar desde la fe»
La celebración ha concluido con la entrega personal de la missio canónica a cada profesor, signo del envío de la Iglesia para enseñar en su nombre. «Pedid al Señor que os dé el Espíritu Santo —ha exhortado el arzobispo—, que os unja, que os penetre y transforme para poder ser testigos ante los jóvenes. No estáis solos: el Señor abre el camino y os da todo lo necesario para evangelizar con alegría».
El arte de acompañar
Antes de la celebración eucarística presidida por el arzobispo, los profesores han tenido la oportunidad de asistir a la última de las tres sesiones del curso El arte de acompañar que les ha impartido Laura Terradillos. Esta sesión, que ha llevado por título Aportaciones de la Religión al crecimiento trascendental, social, personal, lúdico y competencial de los alumnos, se ha desarrollado en el Espacio Compañeros de Valentín Palencia del Seminario Diocesano.
«La primera dinámica que hemos hecho es cómo recibimos una semilla de interioridad, espiritualidad… de Dios en nuestras vidas y a partir de ahí hemos hecho dinámicas para acabar diciendo que esa semilla es la que queremos sembrar, la que nosotros recibimos es la que queremos sembrar en los otros. La interioridad, la oración, la imagen de Jesús… lo que sea que hayamos recibido. Y, eso, como lo llevamos dentro, es muy fácil de sembrar. Y, para terminar, nos ha puesto una tarea súper difícil que es ver cómo explicar a los alumnos por qué hay sufrimiento, qué pasa después de la muerte y si Dios escucha a todos», ha explicado Carolina Martínez, profesora de Religión del CEIP Antonio Machado de Burgos.