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Carlo Acutis se hizo santo usando internet como una plataforma para evangelizar y dar a conocer diferentes milagros eucarísticos. El obispo Julián, confeccionando cestos con los que llevar alimentos a los pobres; el abad Lesmes, repartiendo panecillos entre los necesitados y construyendo infraestructuras que mejoraran la ciudad, y el hermano Rafael Arnáiz, envolviendo con paciencia chocolatinas en su Trapa. Y así, tantos otros, como san Martín, san Fernando, san Cosme y san Damián y los patronos de las parroquias de las decenas de adolescentes que se reunieron el pasado viernes para celebrar su noche alternativa, con la que descubrieron que para ser santo no se requieren grandes cualidades, ni muchas cosas. Basta hacerlo todo con delicadeza y amor, con amabilidad, como una entrega a Dios y a los demás. Y, como se trasladó, en un momento de su vida en que sueñan con grandes ideales, la santidad es el mayor de ellos.

La parroquia de San Pedro y San Felices acogió este encuentro, que promueve la delegación diocesana de Infancia, Adolescencia y Juventud desde hace trece años y que también se celebró de forma contemporánea en Aranda de Duero y Miranda de Ebro. Una propuesta evangelizadora que plantea a los adolescentes vivir un viernes diferente, junto a jóvenes de otras parroquias y grupos eclesiales. Una velada que contó con momentos de diversión, con juegos para conocer la vida de los santos y algunas de sus cualidades, convivencia y oración.

Según explica Carlos Navarro, delegado diocesano de Infancia, Adolescencia y Juventud, la finalidad de la noche alternativa es «trabajar con todos los adolescentes de la archidiócesis de una manera atractiva un tema de interés». En esta ocasión se han decantado por la santidad porque «desean suscitar en los adolescentes un encuentro con Jesucristo que puedan compartir después con sus compañeros» de clase, en el colegio o instituto.