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Casi al comenzar la tercera semana del Adviento, un numeroso grupo de feligreses de la comarca del Arlanza se han reunido como arciprestazgo en el Monasterio de San Blas de las madres dominicas de Lerma para vivir un retiro marcado por el silencio, la oración y el encuentro fraterno. Sor Leticia, la madre priora de la comunidad, ofreció a los participantes dos meditaciones profundas y cercanas, con las que les ayudó a preparar el corazón para la venida del Señor, poniendo su mirada en María, modelo de espera confiada, de escucha y de disponibilidad total a la voluntad de Dios.

 

A lo largo de la mañana hubo espacios para la oración personal, para el sacramento de la reconciliación y para la celebración de la eucaristía, centro de la fe y fuente de comunión. Como María, los participantes aprendieron a acoger al Señor en lo cotidiano, a dejarnos transformar por su Palabra y a decirle «sí» con sencillez.

 

A las 14:30h, compartieron el almuerzo en un ambiente de familia, signo de la fraternidad que nace cuando caminan juntos en la fe. Posteriormente, tuvieron un encuentro entrañable con las religiosas del monasterio, que les hablaron de su vocación y de la riqueza de la vida comunitaria, testimonio vivo de entrega, oración y esperanza para la Iglesia.

 

Los participantes en el retiro dieron gracias a Dios por este día de gracia y a María, Madre de la Esperanza, le confiaron su camino de Adviento para que les ayude a vivir la Navidad con un corazón abierto, humilde y disponible al Señor.