El pasado sábado por la mañana ha tenido lugar en la Parroquia de El Buen Pastor de Miranda de Ebro una jornada de formación organizada por la Comisión Arciprestal de Liturgia. El curso ha girado en torno a los lectores que habitualmente leen la Palabra de Dios en las misas que se celebran en las distintas comunidades parroquiales del arciprestazgo. El responsable de esta jornada de formación ha sido Agustín Burgos, delegado diocesano de Liturgia, que ha estado acompañado por Patricio Rico, seminarista mexicano que está realizando sus últimos pasos camino de su ordenación en la archidiócesis.
Esta jornada se encuadra dentro de la creciente importancia que está tomando la participación de los laicos en la liturgia en la Iglesia en España, que viene dada, como ha expresado Agustín Burgos, por medio del bautismo, que hace que «todos los cristianos participen de la función sacerdotal de Cristo». Algo que no debe confundirse con la función ministerial del sacerdocio, que viene dada por medio del sacramento del Orden.
También ha repasado la historia de esta participación. Tras el Concilio Vaticano II, los laicos, varones, podían recibir los ministerios del lectorado y acolitado. El papa Francisco abrió estas funciones a las mujeres, añadiendo un tercer ministerio laical, el de catequista. La mayoría de las personas que realizan estas funciones lo hacen de manera voluntaria, sin ser instituidos de manera oficial.
En un primer momento, se ha realizado una exposición acerca de diferentes aspectos que deben cuidar los que ejercen esta función de proclamar la Palabra de Dios en las eucaristías, tanto a nivel individual como de forma organizada en cada parroquia. Los aspectos son muy diversos, desde litúrgicos o de conocimiento de la Sagrada Escritura, hasta técnicos y ambientales. Tras un momento de descanso, la segunda parte de la jornada ha girado en torno a la técnica de oración y meditación de los textos sagrados que se conoce como Lectio Divina, que se puede realizar de forma individual o comunitaria. Esta segunda forma, la comunitaria, se recomienda que se realice en los grupos parroquiales de liturgia, porque ayuda a la reflexión sobre la Palabra.
Los participantes en esta jornada han quedado contentos con la formación recibida y han mostrado su disposición a seguir formándose de forma estable. Tanto la Comisión Arciprestal como la Delegación Diocesana han recogido estas impresiones con el objetivo de coordinarse para seguir ofreciendo una formación a este grupo de personas que realiza la función de lector en las celebraciones litúrgicas de sus respectivas parroquias.