La archidiócesis de Burgos ha constituido, en la mañana de este sábado, 15 junio, un nuevo Consejo Pastoral Diocesano para el próximo trienio. Un grupo formado por 66 personas –entre las que hay 25 caras nuevas– que tiene como misión, bajo la autoridad y presidencia del arzobispo, estudiar y valorar lo que se refiere a las actividades pastorales en la archidiócesis, especialmente el plan diocesano de pastoral, y sugerir conclusiones prácticas sobre ellas.
La sesión ha comenzado con la bienvenida del arzobispo, Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, seguida de una oración, dirigida por el arcipreste de Santo Domingo de Guzmán, Francisco Javier Valdivieso, en la que se ha invitado a los participantes a «caminar juntos». Tras ello, el vicario de Pastoral de la archidiócesis, José Luis Lastra, ha presentado a los miembros que conforman el Consejo y, tras ello, se ha procedido a la votación del secretario del mismo.
Mientras se realizaba el escrutinio de los votos, el P. Joaquín Barrero SJ ha realizado una reflexión sobre el discernimiento, en la que ha narrado algunas de sus experiencias y ha abierto un fructífero diálogo sobre lo que significa, primero poniendo en situación el momento en el que estamos, explicando que «discernir es elegir entre dos cosas buenas, para hacer lo mejor». Eso sí, el jesuita ha recordado que «no todo es discernimiento», y que «se puede caer en discernimientos líquidos y sin relevancia», por lo que siempre hay que tener en cuenta que «en el discernimiento en común, el sujeto es el grupo». Barrero también ha señalado que «en todo proceso de discernimiento es fundamental cuidar la oración y el silencio, así como la escucha activa y permanecer abiertos respecto a lo decidido». Por último, ha apuntado que «en todo proceso de discernimiento hay que integrar la obediencia».
Tras proceder a una segunda votación para secretaria del Consejo, ha sido elegida por mayoría absoluta Susana Castrillejo, representante de los movimientos laicales. El vicario territorial, Julio Andrés Alonso, ha presentado un documento en el que ha trabajado, junto a una comisión, titulado Orientaciones pastorales para el mundo rural, que ha suscitado un intenso debate entre los participantes, en el que se ha señalado el gran trabajo realizado por la comisión, y se ha pedido que se incluyan otras cuestiones como la importancia de la celebración del rito de la penitencia, la pastoral juvenil o «la reeducación de los laicos», para que sean más autónomos y no dependan tanto de los sacerdotes, que cada vez tienen una mayor carga pastoral. El arzobispo ha recordado que la evangelización «no depende de las estructuras, sino de las personas». Por eso, es fundamental «continuar con la formación de los sacerdotes o tener referentes parroquiales», entre otras cuestiones que ha señalado, a la vez que ha destacado la importancia de que «los sacerdotes no estén solos».
Después de una pausa para el café, el vicario de Pastoral ha hecho un repaso de los principales puntos que el Plan Pastoral marcaba para el curso que concluye, y cómo se han abordado desde los distintos organismos y delegaciones, lo que ha dado pie a un animado debate sobre dónde poner los acentos de cara al próximo curso pastoral, que cada participante ha reflejado posteriormente en una ficha.
Finalmente, antes de la comida fraterna con la que ha concluido la reunión, se ha informado brevemente de los preparativos que la archdiócesis está haciendo para vivir el Jubileo 2025, a la par que los 950 años del traslado de la sede episcopal a Burgos, así como de la Semana de Misionología, que se celebrará en los primeros días de julio. De todo ello ha informado la delegada de Misiones, Maite Domínguez.