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Mons. Iceta arranca la visita pastoral en la unidad pastoral de Sarracín-Cogollos

 

El arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, ha comenzado la visita pastoral coordinada por el vicario territorial, Julio Andrés Alonso Mediavilla, que este curso le va a llevar a conocer de cerca a las comunidades del arciprestazgo de San Juan de Ortega. El pasado fin de semana del 16 y 17 de noviembre, visitó tres parroquias de la unidad pastoral Sarracín-Cogollos. Un evento animado y cuidadosamente preparado por los sacerdotes que atienden esta unidad pastoral: Antonio M.ª García Ibeas, Roberto Calvo Pérez y Jesús Barbero Mateo.

 

Sarracín: «¿Cuánto has amado?»

 

La visita comenzó el sábado, 16 de noviembre, en Sarracín. En el templo parroquial se dieron cita, además de los feligreses del pueblo, las comunidades de Saldaña, Modúbar de la Emparedada y Cojóbar. El arzobispo fue recibido por los responsables de la atención pastoral de estas parroquias, y se interesó por sus vidas, salud, trabajos, estados de ánimo y amor a sus feligresías.

 

Después, el párroco y sus compañeros recibieron afectuosamente al arzobispo, siendo un joven estudiante el encargado de darle la bienvenida oficial al templo. Mons. Iceta recibió en la puerta del templo a todos los feligreses que acudieron a escuchar sus palabras de consuelo, de ánimo y de confirmación en la fe. Durante la celebración eucarística, realizó una homilía centrada en las lecturas del Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario, en las que recordó que la importancia de saber distinguir «lo temporal de lo eterno».

 

«Nos perdemos lo mejor de la vida, realmente. Lo que no es tangible: el amor, el estar con los hijos, el cuidar a los padres, el estar con los amigos, el ayudar a los pobres, el servir a los enfermos… eso es maravilloso. Y eso, ¿cuánto vale? Es lo mejor de nuestras vidas y eso es lo que queda, en ese juicio universal, que todos vamos a pasar, nos examinan del amor, no de nuestros títulos, no de nuestras cuentas corrientes… ¿Cuánto has amado? Y, para eso, no hace falta tener mucho ni poco, se puede amar casi con nada. ¿Cuánto te has entregado?¿Cuánto has servido a los demás?», expresaba en su homilía.

 

La ceremonia, que estuvo amenizada por el coro de Cogollos, concluyó con las palabras agradecidas del párroco de Sarracín. Tras ellas, todos juntos compartieron un ágape, en el que, de nuevo, el arzobispo se rodeó de las gentes, animándoles y confortándoles en la fe.

 

Hontoria de la Cantera: «La esperanza es Jesucristo»

 

La segunda parada de la visita pastoral transcurrió en Hontoria de la Cantera, localidad que reunió en su templo a las parroquias de Cubillo del Campo, Revillacruz y Humienta, además de la comunidad local. Al igual que el día anterior en Sarracín, se repitieron los actos protocolarios por parte del párroco a la llegada del arzobispo, aunque queda para el recuerdo el volteo de campanas y el recibimiento cálido de los feligreses que se acercaron.

 

En la celebración eucarística, Mons. Iceta comentó el Evangelio del penúltimo domingo del Año Litúrgico. «La Iglesia nos dice que miremos a la eternidad, que miremos al futuro. Hoy en día que quizás la gente tiene miedo de mirar porque tampoco tienen claro qué es lo que ocurrirá para nosotros después de esta vida. En el fondo es una falta de fe, porque el Señor ya lo dijo bien claro: ‘Yo me voy para prepararos un lugar. Cuando se haya preparado un lugar vendré a buscaros, porque donde Yo estoy quiero que también estéis vosotros’. Si creemos en la Muerte y Resurrección de Jesucristo también creemos que Él nos acompañará en ese camino, en ese paso a la Eternidad y, quizás porque nuestra fe es pequeña y débil, titubeamos y no tenemos tanta constancia», explicó.

 

«De hecho el mundo de hoy vive de espaldas a la muerte. No quiere saber nada de la muerte. Y es verdad que no hay que estar todo el día pensando en la muerte, pero sí hay que estar pensando cómo me dispongo yo a la plenitud de la vida. Porque sería una mala jugada vivir en el mundo si después no hay nada y después queda el abismo; viviríamos una gran desesperanza. Por eso, muchas personas prefieren conformarse con las cosas pequeñas, que les dan un placer y les ayudan a vivir, a mitigar el dolor de la vida, pero sin esperar una esperanza grande, una esperanza eterna. Y la esperanza es Jesucristo», señaló Mons. Iceta.

 

Tras la misa, el arzobispo partió al tercer escenario de la visita pastoral, Cogollos, donde celebraría la última misa de esta primera etapa de la visita pastoral al arciprestazgo de San Juan de Ortega.

 

Cogollos:

 

Los parroquianos de Tornadijo, Madrigal del Monte, Valdorros y Cogollos se reunieron con emoción en este último pueblo para recibir al arzobispo en su visita pastoral. Al mediodía, tras saludar a los feligreses, presidió la misa.

 

En el marco de una celebración animada y participada, Mons. Iceta, al hilo de la liturgia del domingo, invitó a vivir la fe, a mirar hacia la vida definitiva y plena de los hijos de Dios, y a tener muy presentes a todos los pobres, como pide el papa Francisco. «Cuando hablo con gente mayor, es curioso que muchas veces me dicen ‘de lo que más me arrepiento es de los pecados de omisión’. Es decir, de lo que podía haber hecho de bueno y no he hecho. Por eso, ante Dios somos lo que hemos amado, lo que nos hemos entregado… Qué oportunidad tan grande de cuidar de la familia, de cuidar a los amigos, de compartir con los pobres…», señalaba el arzobispo.

 

Tras la celebración eucarística, como el pueblo celebraba también la fiesta de san Román, mártir, la Corporación Municipal obsequió a los feligreses con un vino español en el polideportivo, donde tuvieron ocasión de dialogar y crear lazos entre los diversos pueblos de la comarca.