El pasado sábado, 7 de diciembre, y dentro de la próxima puesta en marcha del proyecto interdiocesano ‘Expedición al Medievo 4.0’, la parroquia de Villahoz convocó a los vecinos para bendecir la puerta sur de la iglesia parroquial. Este hecho es consecuencia de una serie de mejoras en las iglesias de Ntra. Sra. de la Asunción de Villahoz, San Miguel Árcangel de Mahamud y Ntra. Sra. de la Asunción de Santa María del Campo, vinculadas a este proyecto.
En este caso concreto, y tras una inversión de 4.499,69 euros, la empresa Batea Restauraciones ha realizado una restauración junto con un tratamiento de conservación de la puerta sur de la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción de Villahoz. Esta rehabilitación ha sido posible gracias a la aportación económica y desinteresada de un vecino, que ha sufragado íntegramente esta intervención.
El párroco, Cecilio Haro, agradeció la colaboración económica de Jesús Romero para hacer frente a los gastos de la intervención, con la que se ha «embellecido la casa de todos», y a los vecinos que están colaborando para que estas puertas ya sean una realidad.
Haro afirmó que los vecinos tienen que contribuir a la restauración y mantenimiento de la iglesia parroquial al ser uno de los monumentos más importantes con los que cuenta la localidad, pues aúna belleza monumental e importancia histórica. Así, la importancia monumental y la tradición, sin olvidar la religiosa, han convertido a la iglesia parroquial en uno de los lugares más visitados por aquellos que se acercan a conocer la localidad, sus tradiciones e historia.
La bendición de la puerta sur se celebró dentro de las Primeras Vísperas de la solemnidad de la Inmaculada Concepción. En ese pequeño acto, el párroco recordó las palabras de Dostoyevski «la belleza salvará al mundo»; y aseguró que esta obra ha sido «una apuesta por la belleza, pues cuando el mundo se embellece es mejor, más feliz, y con ello contribuimos, un poquito, a la carga de luz que queremos ir introduciendo cada día más los creyentes en nuestro mundo».
Además, recordó que «la iglesia, nuestro templo parroquial, es la casa de todos, de los ateos, de los que no creen, de los que vienen esporádicamente, también de los turistas, que son muchos, y somos conscientes de que es una de las joyas de nuestro pueblo”, señaló Cecilio Haro.