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Como viene siendo habitual en este tiempo de Cuaresma, los profesores de Religión católica, convocados por la Delegación para la Educación de la archidiócesis, participaron en un retiro en este tiempo litúrgico. En esta ocasión, el retiro tuvo lugar martes, 11 de marzo, en la casa de la Fraternidad Verbum Spei, en el antiguo Monasterio de San Felices de las Calatravas, en el barrio de San Cristóbal de la capital burgalesa.

 

La tarde comenzó con la celebración de la eucaristía, para acto seguido dar paso a la plática del padre Joachim Tabaillou, superior de la comunidad. Éste se centró en dos partes. La primera ‘¿qué es la Cuaresma?’, en la que señalaba que «es un tiempo propicio de conversión para redescubrir lo esencial. Es un tiempo para crecer, sabiendo que este camino cuaresmal nos lleva a vivir con fe renovada la Pasión de Jesús pero con la certeza de que Él ya ha vencido en su Resurrección».

 

En la segunda parte preguntaba ‘¿y cómo la vivo yo?’. En este punto, indicaba que no es un tiempo en el que haya que hacer mucho, sino que lo que ya hacemos, lo hagamos poniendo en ello todo el corazón siendo más conscientes de la presencia de Dios en nuestro día a día. Para ello proponía centrarnos en los tres elementos que la Iglesia nos señala: limosna, ayuno y oración.

 

La limosna como manera de entregar aquello que tenemos y que mejor que el trabajo como docentes para ser un lugar ‘sagrado’ para esta entrega. La oración como algo personal en nuestra relación con Dios, siendo conscientes en los pequeños actos cotidianos de la presencia de Dios y ser conscientes de esa presencia puede cambiar nuestro día. El ayuno como una ofrenda a Dios. «Hoy en nuestros tiempos, hemos de ser conscientes de todas aquellas otras cosas que nos ‘comen el tiempo’ en el día a día y que no nos dejan ser plenamente conscientes de la presencia de Dios. Que aquello a lo que renunciemos nos sirva para tener más sed de Dios», señalaba el padre Joachim.

 

Para concluir, pedía que aprovechemos este tiempo de misericordia en el que todo queda renovado para acercarnos al sacramento de la confesión y que vivíamos la Cuaresma unidos a María, que como ella, sin hablar mucho, siempre estaba presente acompañando a Jesús en los momentos más importantes.

 

Tras las palabras del padre Joachim, junto con el resto de la comunidad, los profesores compartieron un rato de adoración al Santísimo en el que cada uno podía poner a los pies de Jesús Eucaristía los propósitos y deseos de este tiempo cuaresmal, que serán tenidos presentes por los hermanos en sus oraciones.

 

La jornada concluía con un rato de conversación distendida entre profesores y religiosos en este primer contacto que, a tenor de las impresiones de los asistentes, resultó un oasis para el encuentro con Dios y con los demás en el quehacer de cada día.