Ya no vale «el turismo de lo bonito». Ahora, la gente que antes visitaba los monumentos para contemplar su belleza busca otro tipo de experiencias que les ayude a leer su historia, sus procesos de construcción y las leyendas surgidas en torno a los personajes que los edificaron. Con esa idea nació hace tres años «San Gil Virtual», un proyecto multidisciplinar que a través de diferentes plataformas y una «experiencia trasmedia» permite al visitante acceder a la «catedral de los comerciantes» de una manera única.
Tras un largo proceso de documentación, interpretación, fotografiado y reconstrucción digital, los visitantes que ahora accedan a San Gil podrán conocer sus secretos de una forma novedosa y pausada. «La iglesia posee un gran mensaje de espiritualidad, fe y compromiso y para transmitir un mensaje hace falta tiempo, no basta con una visita rápida», explica Enrique Ybáñez, uno de los párrocos. Por eso ahora, a través de gafas virtuales, pantallas interactivas, guías especializadas para niños y adolescentes y una aplicación móvil que sirve de autoguía, los visitantes pueden conocer las características del edificio de una forma «novedosa y pausada», en una experiencia que puede oscilar entre los 30 y los 90 minutos y que «une pasado y presente».
A través de un trabajo multidisciplinar, expertos en la Universidad de Burgos han liderado el proceso con el que «diferentes medios de comunicación pueden explicar distintas perspectivas de esta iglesia». Se trata de un proceso de «accesibilidad cognitiva», como lo llama el coordinador del proyecto, Mario Alaguero, del centro Ítaca de la UBU. «La Universidad ha puesto todos los medios para contar lo que aquí ha ocurrido a lo largo de la historia y hacerlos accesibles a toda la sociedad». Y todo, «con rigor y precisión histórica». Para ello se han servido de gafas 3D, con las que se puede conocer el proceso de construcción del inmueble; pantallas interactivas con las que entrar en diálogo con parroquianos actuales que hablan del pasado del templo y hasta un cortometraje de animación que explica la leyenda del Cristo de las Santas Gotas.
Una oferta tecnológica al servicio el turismo y que ha sido bien recibida por el público, tal como resumen las cifras. Si en 2019 el templo atrajo la atención de 14.500 visitas, el último año se ha cerrado con más de 26.000. «Se está despertando un gran interés por esta iglesia, como señalan las reseñas en distintas plataformas. Es un lugar con identidad propia y única que vale la pena conocer a fondo». Ahora, esta inversión tecnológica está haciendo que cada vez más gente se interese por ella, como reconoce Sandra Puigdomenech, del equipo de recepción de turistas, quien espera que este 2025 se asomen por la iglesia de San Gil más de 30.000 turistas.
El proyecto cuenta con el respaldo económico de la Junta de Castilla y León, a través de una subvención de 70.000 euros. Diecisiete gafas virtuales, dieciséis tablets, tres pantallas digitales en formato vertical y una pantalla horizontal componen el soporte digital de esta iniciativa única en la ciudad.