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La Junta de la Semana Santa coordina un acto en el que se involucran no sólo las cofradías de la ciudad, sino también parroquias, como la de San Josemaría Escrivá, y otras realidades eclesiales, como Cáritas o la delegación diocesana de Infancia, Adolescencia y Juventud. De hecho, fue hace dos años, en plena preparación a la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa, cuando los jóvenes de la coordinadora diocesana comenzaron a reflexionar sobre las estaciones del Via Crucis que cada Lunes Santo recorre las laderas del Castillo. Aquella experiencia se ha convertido ya en una suerte de ‘tradición’ y, un año más, han sido ellos, los jóvenes, los que han animado a la esperanza a través de sus meditaciones.

 

El Año Jubilar ha protagonizado las estaciones de la Vía Dolorosa, convertida en una especie de ‘itinerario’ hacia la esperanza en medio de las dificultades del camino. «Que este Vía Crucis nos ayude a recordar que los dolores y las dificultades no tienen la última palabra en tu vida. Así como Jesús llevó la cruz sobre sus hombros, hoy trata de llevar tu cruz hacia la Puerta Santa. La puerta que se ha abierto en cada catedral y en cada templo jubilar nos recuerda, en este año, que siempre hay una puerta abierta para recibirte en esta familia de hijos de Dios», se ha recordado al comienzo del acto. Ya un poco más arriba, en la cuarta estación, la lluvia ha obligado a abrir los paraguas en un pequeño chaparrón que rápidamente se ha disipado, dejando a los presentes continuar el trayecto.

 

Camino hacia el mirador que se asoma a la ciudad, jóvenes y personas sin hogar, portando la cruz de la JMJ, han meditado sobre las traiciones, los tropiezos de la vida, la indiferencia de los demás, los desafíos del futuro, el afán de posesiones, la soledad, la tristeza. Debilidades humanas que tienen, sin embargo, un mensaje oculto de esperanza: «¡Hay esperanza! ¡Y hay vida!», se ha escuchado al finalizar el acto. «Eres una persona que tiene que vivir la vida, y estás llamada a vivirla. La fe te anima y la esperanza te sostiene, pero la caridad es la que te hace disfrutarla». «Vive la vida en este año jubilar recordando que Cristo siempre resucita en tu vida».