Cuando las cosechadoras dan lo primeros surcos y los racimos de uva de la Denominación de Origen Arlanza empiezan a coger forma, los familiares de los misioneros de Burgos celebran su fiesta. Son las palabras de Mons. Mario Iceta, arzobispo de Burgos, dando la bienvenida a más de 200 familiares de misioneros burgaleses que se daban cita el sábado, 4 de julio, en la plaza del Ayuntamiento de Santa Mª del Campo. En el pórtico de la iglesia le esperaban la alcaldesa, M.ª Jesús Lara, el obispo de Puyo (Ecuador), Mons. Rafael Cob, oriundo de La Horra, José M.ª Calderón, director nacional de Obras Misionales Pontificias, el director del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME), Jorge López, el párroco de la localidad, Cecilio Adrián Haro y Mayte Domínguez, delegada de Misiones de la archidiócesis de Burgos y coordinadora del evento.
El saludo dio paso a un reportaje de 30 minutos relatando los pasos de más de 30 misioneros que dieron la vida por fidelidad a la vocación recibida de Dios. Algunos de los más conocidos son: Manuel Campo Ruiz, Miranda de Ebro (1924) – Brasil (+1992), marianista; Caridad Álvarez Martín, Santa Cruz de la Salceda (1933) – Argel (+1994), agustina; Olivia Alonso Herrera, Ubierna (1915) – Rwanda (+1994), Salesas del Monasterio de la Visitación; Miguel Ángel Isla Lucio, Villalaín (1943) – Zaire (+1996), HH. Maristas; Servando Mayor García, Hornillos del Camino (1952) – Zaire (+1996), HH. Maristas; Fernando de la Fuente, Burgos (1943) – Zaire (+1996), HH. Maristas; Ignacio García Alonso, Pedrosa Río Urbel (1941) – Burkina Faso (+2004), HH. de la Salle; Inés Nieves Sancho Lope, Avellanosa de Muñó (1942) -República Centro Africana (+2019), Hijas de Jesús de Massac.
El sacerdote burgalés Domingo Rodríguez Redondo, con más de 12 años de presencia en Zambia, recordaba que allí donde se da un misionero mártir florece con más fuerza la semilla de una nueva iglesia. Sus palabras ayudaron a entender por qué no se van los misioneros cuando surgen los conflictos o las epidemias: «Se van todos los blancos a sus casas, pero los misioneros no se van a su país porque su casa está donde vive la gente a la que sirven y acompañan». Así rezan muchos de los testimonios de lugares como República Democrática del Congo, con 20 años de guerra, o República Centroafricana, con cifras similares.
Tras el reportaje y la reflexión tuvo lugar la eucaristía presidida por D. Mario Iceta y una veintena de sacerdotes misioneros o diocesanos. El numeroso público, en su mayor parte foráneo, quedó sorprendido cuando el arzobispo se zafó de sus hábitos y comenzó a interpretar un par de partituras al órgano.
El polideportivo de la localidad, al lado de las piscinas, dio cuenta del vino de Arlanza y de la paella elaborada para la ocasión. Los más de 200 comensales disfrutaron después de la música tradicional ecuatoriana.