En 2023, la archidiócesis aprobó la puesta en marcha de un plan de pastoral que se extendería hasta 2027. Con el lema «Peregrinos de esperanza», recogía el guante de las propuestas acordadas en la Asamblea Diocesana de 2022 en un itinerario con 31 acciones que promueven la misión, la comunión y la sinodalidad.
El Consejo Diocesano de Pastoral, el organismo consultivo encargado de velar por la marcha de la pastoral diocesana, fue el encargado de redactar el plan, teniendo como cometido también supervisar su ejecución y desarrollo. Este organismo realizó una evaluación en su última reunión del pasado mes de mayo, proponiendo para el recién estrenado curso pastoral una serie de prioridades o acentos a desarrollar, especialmente en aquellos campos en los que menos se ha avanzado. Estas propuestas han de recogerse y concretarse en las programaciones y proyectos de cada organismo diocesano y de las diversas comunidades cristianas, parroquias, arciprestazgos, vida consagrada y movimientos laicales, a fin de que la marcha pastoral en toda la archidiócesis siga, al menos, unas líneas comunes de acción. De esta manera, las prioridades se centran en fomentar varias dimensiones clave de la pastoral, como la promoción del primer anuncio y el acompañamiento, la presencia de la Iglesia en la esfera pública y el desarrollo de la dimensión sinodal.
Para mejorar la acción evangelizadora y potenciar el primer anuncio se ofertará a las parroquias un itinerario específico, en el que se incluyan experiencias de primer anuncio que ya se están llevando a cabo en la archidiócesis y donde se ofrecen recursos y formación a las parroquias que se lo quieran plantear. Además, se ofrecerán propuestas concretas para la profundización en la vida cristiana y la continuidad más allá del primer anuncio, promoviendo un proceso continuado a través de grupos de vida. Además, tras el Congreso nacional de Vocaciones celebrado el pasado mayo en Madrid, se pondrá en marcha un equipo diocesano de pastoral vocacional, que ayude a avanzar en una cultura vocacional y a cuidar el discernimiento y acompañamiento de cada una de las vocaciones específicas.
Para lograr una mayor presencia de la Iglesia en la esfera pública, se plantea acompañar de forma especial a los cristianos que trabajan en diversos ámbitos sociales, así como cuidar la cercanía y atención hacia los enfermos y mayores dependientes que viven con sus familias, los que están en centros y residencias, y los que se hallan más solos. También se intentará mejorar la comunicación interna en la archidiócesis a través de canales claros y eficientes, generando igualmente noticias y experiencias que puedan hacer presente el evangelio en medio de la sociedad.
Finalmente, ahondando en la dimensión sinodal de la Iglesia, la archidiócesis pretende este curso recibir y aplicar el Documento final del Sínodo, en actitud de discernimiento, para ver cómo implementar mejor esta dimensión en la Iglesia burgalesa y cómo revitalizar los consejos y órganos de participación. También se avanzará en el desarrollo de una pastoral juvenil conjunta entre parroquias, colegios y asociaciones y en la promoción de diversos ministerios laicales buscando, acompañando y formando a personas idóneas, pensando especialmente en los equipos pastorales de las unidades pastorales.
Jornada de formación
Con el fin de dar a conocer las principales líneas de actuación en el nuevo curso, la Facultad de Teología acogerá este viernes la décima edición de la Jornada Diocesana de Formación. Con el título «Presentes en la vida pública», en el evento participan de forma especial los principales agentes de pastoral de las parroquias de la archidiócesis. Se contará con la presencia del periodista y profesor José Francisco Serrano Oceja, quien impartirá una ponencia. El acto estará presidido por el arzobispo, mons. Mario Iceta, y podrá seguirse en directo a través del canal de YouTube de la Archidiócesis de Burgos.