Con motivo de la exposición Legatus Fidei, que acoge uno de los sillares más famosos de la Ermita de Quintanilla de las Viñas, la Capilla del Condestable, abarrotada de público, asistió a las conclusiones del estudio realizado por un equipo multidisciplinar que ratifica que la ermita fue construida en época visigoda. La arqueóloga Carmen Alonso Fernández, de Cronos Arqueología y Patrimonio, fue mostrando cómo las pruebas de fotometría realizadas sobre los paramentos, la aplicación del Carbono 14 sobre los diferentes morteros, los estudios sobre las epigrafías y decoraciones en los frisos, incluso las pruebas numismáticas, concluyen en un momento constructivo del s. VII.
Igualmente, desde un punto de vista figurativo, explicó que el estilo bizantino, imperante en la ermita, corresponde a la plena incorporación de una población hispano-romana al cristianismo católico. Este tipo de arquitecturas con elementos bizantinos son cada vez más frecuentes en la Península Ibérica como demuestra la necrópolis visigoda de Cabeza del Molino en Rojales (Alicante), donde en 2018 se encontraron más de 150 tumbas del s. VII con elementos visigodos, junto como elementos industriales de influjo árabe. Recientemente, en el puerto de Vigo, se han encontrado también vestigios asiático-bizantinos. Por tanto, se confirma la hipótesis de que el Mediterráneo se convirtió en el medio de difusión de la cultura bizantina antes de la llegada del Islam a la Península.

Más allá de los elementos bizantinos, la ponente destacó que los sillares de la ermita fueron utilizados ex novo extraídos de canteras próximas. Los de piedra arenisca se utilizaron en los muros de construcción, mientras que los de caliza (blanca y verde) se utilizaron en la decoración de los frisos. Son artesanos hispano-romanos los que construyeron el edificio como algunos otros de la comarca. Aparte del uso del sillar, en época tan temprana también conocían el uso de la bóveda en forma de cúpula asentada en pechinas.
Durante el diálogo se debatió sobre el uso de dicha ermita, aludiendo a una posible advocación previa de los santos Justo y Pastor, titulares actuales de la parroquia. La ponente insistió en que no hubo población alguna en el entorno de la ermita, lo que descarta el uso como parroquia con tales titulares. Tampoco se han encontrado vestigios que lo avalen. Tal advocación corresponde al s. XVI y solo se encuentra en la iglesia parroquial.
Tras la conferencia, el nutrido grupo pasó a visitar la exposición Legatus Fidei para contemplar la belleza del arte del s. VII en la primera sala. Allí contemplaron el sillar de Quintanilla de las Viñas, los capiteles de San Vicente del Valle y la base de altar de Santa Mª de los Reyes Godos en Trespaderne.






