Con el título Sinodalidad y profecía en medio del mundo, este jueves ha tenido lugar la segunda sesión de las Jornadas de Divulgación de la Doctrina Social de la Iglesia, dentro de la Cátedra Francisco de Vitoria de la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos. La encargada de desarrollar la exposición ha sido Cristina Inogés Sanz, teóloga y participante en el reciente Sínodo como madre sinodal por invitación expresa del papa Francisco.
Inogés ha comenzado aludiendo precisamente al Documento final del Sínodo, expresamente reconocido por el papa Francisco como Magisterio de la Iglesia, en cuyos números 47 y 48 se recogen los ámbitos donde los cristianos debemos tener hoy una palabra profética, una propuesta de vida desde la libertad evangélica en medio del mundo. Y como fuente bíblica, ha señalado que el libro de los Hechos de los Apóstoles refleja cómo los primeros cristianos comenzaron a proclamar el Evangelio en su entorno social.
Ha insistido en la necesidad de «dar razón de nuestra esperanza cuando nos la pidan» (1 Pe 3,15), no aportando las soluciones a todo, sino proponiendo nuestra aportación que se enriquece en diálogo con el mundo. Y como hilo conductor en toda su exposición, ha mantenido que necesitamos ser coherentes: trabajar la comunión, la sinodalidad, en el seno de nuestra Iglesia, para poder hacer una propuesta creíble de fraternidad en medio del mundo.
Esta necesaria presencia pública profética la ha desarrollado en cinco apartados: ha de ser sin guetos, universal; una de las grandes labores ha de ser la escucha unida al acompañamiento; hemos de contribuir y formar parte de los movimientos sociales, sabiendo que enganchan los testimonios, no los sermones; no podemos generar más crispación (que también la tenemos en el seno de la Iglesia), sino integrar a todos los sectores de la sociedad; y debemos ser buscadores de la verdad, con transparencia, rendición de cuentas y evaluación (actitudes reiteradamente pedidas en el Documento final del Sínodo), siempre desde un talante constructivo y positivo. Para ello, podemos exportar también a los distintos ámbitos sociales el método de «conversación en el Espíritu».
Inogés ha concluido resaltando que para ser voz profética en medio del mundo, hemos de serlo también dentro de la Iglesia.
La sesión se ha prolongado en un diálogo en el que han ido apareciendo diversos aspectos como vocaciones y presencia pública, cómo interpretar el «todos, todos, todos», cuestiones de actualidad como el fenómeno de Rosalía y la película Los domingos, qué pasa con los temas que el papa Francisco sacó del Sínodo y encomendó a una serie de comisiones, o cómo participar hoy en la vida política desde un discernimiento cristiano.
Concluidas estas Jornadas, continúa el curso del Aula de la Doctrina Social de la Iglesia sobre Presencia de los cristianos en la vida pública hasta finales del mes de enero; participan en él 30 alumnos.






