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La situación en Ecuador es realmente complicada, después de que grupos de narcotraficantes sembraran el terror en forma de violencia en las calles del país, colocando explosivos, quemando vehículos, secuestrando a policías o asaltando incluso un canal de televisión. Toda una amenaza para la estabilidad del país latinoamericano y que ha tenido como respuesta el estado de excepción decretado por el presidente Daniel Noboa.

El mandatario ha culpado a las bandas relacionadas con el narcotráfico, el sicariato y el crimen organizado de estar detrás de la crisis carcelaria que se han instalado en el país desde hace algunos años. Y aunque no ha nombrado a ninguno en particular, sí ha asegurado que algunos gobiernos anteriores recibían órdenes de estas bandas.

La Iglesia en Ecuador ha mostrado su preocupación por la situación del país. El último en hacerlo ha sido el obispo del vicariato apostólico de Puyo, Mons. Rafael Cob, que ha lamentado que el país esté viviendo horas «de zozobra ante la ola de violencia y el deseo de paz».

En un mensaje de voz, el prelado burgalés recuerda que David venció a Goliat «con la fe puesta en el Señor», por lo que se muestra convencido de que «la violencia no prevalecerá, sino que verdaderamente el pueblo de Ecuador unido será capaz de vencer al mal», asegura.

El obispo, natural de La Horra, en la Ribera del Duero, ha continuado argumentando que hay fuerzas en el país latinoamericano «que quieren que nos enfrentemos para que haya desestabilización en el país, pero nosotros somos mensajeros de paz», ha expresado.
En este sentido, Mons. Cob ha recordado que la paz es «un don de Dios que verdaderamente hay que trabajarlo», y hace alusión a las palabras del Papa Francisco cuando invitaba a los fieles a «ser artesanos de paz, lo que supone estar unidos mano a mano, buscando siempre el bien de todos y no solamente intereses particulares», ha manifestado.