Más: galería fotográfica completa
A media tarde, la Junta de Semana Santa de Burgos decidía aplazar media hora la procesión del Santo Entierro para esquivar la lluvia que ha caído durante toda la jornada y que ya por la mañana obligaba a celebrar bajo techo el acto del Desenclavo del Cristo de Burgos y anoche forzó la suspensión de la procesión del Encuentro. Las previsiones se ha cumplido y la lluvia se ha disipado, aunque no ha ocurrido lo mismo con el frío. A las 20:00 horas, los treinta y tres miembros de la Hermandad del Santo Sepulcro trasladaban con solemnidad la imagen de Cristo Yacente (del escultor Francisco Font) desde la capilla del Corpus Christi de la catedral hasta la plaza de Santa María para introducirlo en una urna de cristal.
Comenzaba de esta manera la procesión general del Santo Entierro, en la que participan todas las cofradías y hermandades penitenciales de la ciudad. Algunas de ellas han desfilado sin sus pasos, que no han podido llegar hasta la catedral por las inclemencias del tiempo. Ha sido el caso de Jesús atado a la columna y el Santo Sudario (ambos de la cofradía del Círculo Católico), Nuestra Señora de la Misericordia y la Esperanza (con sede en la parroquia de Nuestra Señora de Fátima) y Nuestra Señora de la Piedad (una sección de la cofradía de la Virgen del Carmen). Con todo, numerosos cofrades han acompañado a los catorce conjuntos escultóricos (incluidos los faroles de las Siete Palabras) que partiendo de la Seo –una tradición recuperada hace tres años– han recorrido algunas calles a ambos lados del Arlanzón.
A pesar de que todo discurría según lo previsto, un ‘imprevisto’ chaparrón caído en torno a las 22:00 horas ha obligado finalmente a disolver la procesión. Las cofradías han protegido sus imágenes y han regresado con celeridad a sus respectivas sedes.
Tras haber presidido en la Catedral la celebración litúrgica de la Muerte del Señor, en la procesión y traslado del Cristo Yacente también ha participado el arzobispo, mons. Mario Iceta, así como miembros del cabildo, de la corporación municipal y de la excelentísima Diputación Provincial. Por primera vez, una formación de dulzainas de la ciudad ha participado en el acto, distinguiendo con un «toque castellano» la ya de por sí sobria procesión.