El pasado domingo, 14 de abril, se cumplió el primer aniversario de los voluntarios que se encargan de custodiar la ermita de San Amaro. Gracias a este grupo de «custodios», las puertas de la ermita han estado abiertas durante este año para acoger a más de 15.000 visitantes y peregrinos que allí se han acercado para orar, reflexionar, contemplar y escuchar el murmullo del silencio que alivia, reconforta y cura las cicatrices y heridas del alma.
Con la celebración de una eucaristía de acción de gracias en el jardín de la ermita, donde dos custodios han compartido su experiencia, y una comida de hermandad, se ha conmemorado este acontecimiento con el deseo de seguir haciendo este gratificante servicio de puertas abiertas y de acogida. San Amaro, santo universal ubicado en pleno corazón del Camino de Santiago, que es una auténtica metáfora de la vida, recuerda a todo el que pasa por su ermita que la vida consiste en servir a los demás y en caminar hacia Dios.