TT Ads

Las XII Jornadas Ciencia y Cristianismo han arrancado en la primera sesión con la ponencia Historia de una larga Evolución: Tiempo de De-volución a cargo de la doctora María del Carmen Molina Cobos, catedrática de Fisiología Vegetal de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Es una conferencia que se inserta en la temática de estas jornadas, que llevan por título Dios y la ciencia, y que analiza esta relación desde el punto de vista antropológico.

Tras una presentación general de las Jornadas, que ha realizado Carlos Izquierdo Yusta, delegado episcopal de Cultura y profesor del Claustro de la Facultad de Teología del Norte de España -una de las instituciones que organizan las Jornadas-, Jesús María Álvarez, director del Secretariado para la Pastoral Universitaria -la otra entidad organizadora-, ha introducido el tema y a la ponente. Todo en el auditorio de Cultural Cordón, el espacio cedido por la Fundación Caja de Burgos, que colabora con esta iniciativa.

«Las ciencias experimentales han implementado enormemente el conocimiento que tenemos de esa especie que conocemos como Homo sapiens sapiens», ha explicado ya en su conferencia la doctora Molina Cobos, que también ha señalado que el objetivo de la charla es tratar de «explorar desde un punto de vista antropológico, desde la perspectiva de la evolución genética y cultural, preguntas clásicas de la filosofía y la teología: ¿Por qué somos violentos? ¿Somos más agresivos ahora que 200.000 años? ¿Podemos modular la violencia entre los humanos? y ¿con el entorno natural? ¿Qué hemos perdido en este proceso evolutivo?».

En ese sentido, la ponente ha profundizado en el ejemplo de la violencia, y ha explicado cómo, a través de diferentes estudios, se había estimado que la proporción de muertes entre seres humanos por agresiones interpersonales sería del 2 %, «una proporción que se ajustaba a lo inferido en ancestros de primates y simios, así como a lo estimado en las tribus prehistóricas», señalaba.

Sin embargo, el nivel de violencia letal ha variado a lo largo de la historia. De hecho, según demuestran los datos, el nivel de agresiones mortales durante la mayoría de los periodos históricos fue superior a las predicciones filogenéticas iniciales. «Sorprendentemente, al entrar en la Edad Moderna y Contemporánea la violencia letal disminuye considerablemente. Para explicar esto pueden proponerse modulaciones del comportamiento de tipo sociocultural donde, por ejemplo, a través de la educación, de la ética, de la predicación y otras herramientas culturales somos capaces de elaborar respuestas complejas y no agresivas frente a la violencia. Este bagaje cultural que “recrea” nuestro comportamiento se deja a las siguientes generaciones en una herencia de tipo cultural, no mendeliana, que no se transmite a través de los genes sino en la información», explicaba la profesora Molina Cobos.

En ese sentido, la doctora ha apuntado que «a pesar de que hemos modulado la violencia a lo largo de nuestra evolución, la herencia cultural que dejamos a las siguientes generaciones no siempre es positiva y en algunos aspectos se está convirtiendo en un caramelo envenenado. También con la Modernidad se inició una crisis global que ahora parece estallarnos en la cara. Una crisis ecosocial, económica e incluso política nace de un crecimiento ilimitado, un consumismo voraz sobre un planeta finito, al que además sometemos a perturbaciones poniendo a prueba su resiliencia».

Por ello, y citando al papa Francisco en su encíclica Laudato Si’, la ponente hace una llamada hacia un cambio de rumbo, porque asegura que «es insostenible el comportamiento de aquellos que consumen y destruyen más y más, mientras otros todavía no pueden vivir de acuerdo con su dignidad humana. Por eso ha llegado la hora de aceptar cierto decrecimiento en algunas partes del mundo aportando recursos para que se pueda crecer sanamente en otras partes».

La conferencia ha concluido con un animado coloquio con algunos de los asistentes, que han podido plantear las cuestiones que les ha suscitado la charla directamente a la ponente.

 

Las Jornadas

El acceso al conocimiento de Dios mediante la razón, es decir, sin la ayuda de la revelación, es un tema clásico de la teología cristiana. Por otro lado, la ciencia en cuanto a prolongación del conocimiento ordinario, también puede aportar o sugerir acerca de la idea de Dios. Con ese punto de partida se celebran estas XII Jornadas de Ciencia y Cristianismo.

Tras la sesión inaugural, a cargo de la doctora María del Carmen Molina Cobos, este jueves será el turno del profesor Pedro Castelao, doctor en Teología y en Filosofía y profesor de Antropología Teológica en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, en la que además es vicedecano. Él disertará sobre la Dimensión Teológica, mientras que la sesión de cierre correrá a cargo de Fernando Sols Lucia, doctor en Física y catedrático de Física de la Materia Condensada en la Universidad Complutense de Madrid.