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Samuel tiene 31 años, lleva seis meses en España y quiere seguir estudiando, pero hasta que no cumpla tres años no podrá regularizar su situación, siempre que alguien le ofrezca un contrato. Mientras tiene que pagar su alojamiento en un merendero abandonado, su comida y enviar dinero a su hija que quedó en su país de origen. Miguel está solo y no tiene ingresos. Un problema de salud le retiró de la vida laboral. Rosa tuvo que salir de su casa cuando nadie la veía, con sus hijos y una pequeña tras 8 años de vejaciones, sumisión y malos tratos.

Son las historias de alguna de las 1.503 personas y 926 familias que Cáritas Aranda ha acompañado a lo largo del año 2023 y que dan sentido a la memoria anual que este miércoles se ha hecho pública. Tanto Elena Esteban, presidenta de Cáritas arciprestal, como su coordinadora técnica, Guadalupe Cuadrado, han querido destacar la importancia de la calidez con la que se acoge a quienes acuden a los despachos parroquiales como al resto de programas. «En muchas ocasiones agradecen más una orientación o una palabra de aliento que una ayuda material», señala Esteban.

 

El perfil y situación social de las personas atendidas

Aunque lo importante son las personas que son acompañadas, las cifras ayudan a contextualizar su situación social: el pasado año 984 personas recibieron apoyo económico para necesidades básicas como alimentación, vivienda o suministros, en las que Cáritas empleó 41.193 €. También se entregaron ayudas en especie a 108 personas, mientras que a 44 familias se les adelantaron las ayudas concedidas por las administraciones que tardaban en llegar. De las personas acompañadas por Cáritas Aranda en 2023 casi un 60 % fueron mujeres, frente a un 40 % de varones; el 58 % están solteros, aunque en un alto porcentaje tienen pareja e hijos. De hecho, un 64 % forman parte de un hogar con hijos.

Los ciudadanos extracomunitarios son ya el 62 % de quienes han sido apoyados por Cáritas este último año, tras un incremento en el que ha influido la situación política y social en Latinoamérica, sobre todo en Venezuela y Colombia aunque también en Perú, Honduras y Nicaragua.

Entre las dificultades que se encuentran estos colectivos los responsables de Cáritas Aranda subrayan especialmente dos: la dificultad para acceder a una vivienda por la constante subida de los precios del alquiler lo que conduce a situaciones de hacinamiento y la dificultad de muchas personas a la hora de empadronarse, trámite muy importante para acceder a derechos como los servicios sociales, la tarjeta sanitaria o la constatación para el arraigo.

 

Servicio a personas en distintas situaciones vulnerables

A lo largo de 2023 Cáritas Aranda también ofreció apoyo específico a personas en especiales circunstancias de riesgo, como las 182 personas transeúntes que recibieron alojamiento, comida aseo y ropa; 113 personas han sido atendidas en el programa de drogodependencia (el 74 % son hombres y el 26 % mujeres, el 84 % son españoles y el 16 % extranjeros y en cuanto a la edad, un 26 % tienen entre 18 y 35 años).

 

Un empeño especial en insertar a las personas a través del empleo

A través del programa de empleo Cáritas Aranda ha acompañado a 405 personas, tanto en cursos e itinerarios formativos como en orientación laboral. A lo largo del año se han gestionado 132 inserciones laborales.

Paralelamente la empresa de inserción laboral propia de Cáritas, Embico, cuyo eje es la ‘moda-re’, ha efectuado contrato con siete personas, de las cuales tres han salido posteriormente al mercado laboral normalizado.

Finalmente la memoria del año 2023 refleja también el trabajo que se ha realizado con 103 menores que acuden a los dos centros que tiene Cáritas Aranda para su proyecto de infancia y juventud, donde reciben apoyo académico en coordinación con colegios e institutos, realizan actividades de ocio y tiempo libre para trabajar en valores, se acompaña a padres y madres y a los propios menores, en algunos casos con orientación laboral.   Todo este trabajo sería imposible sin los casi 80 voluntarios y voluntarias que se reparten en programas, parroquias y en pueblos, dado que Cáritas Aranda trabaja en todo el arciprestazgo de Santo Domingo de Guzmán, con una significativa presencia en el medio rural.

La presentación de la memoria de actividades ha servido también para hacer un llamamiento a la complicidad de la población. «Invitamos a nuestros convecinos a cambiar la mirada y establecer vínculos», explicaba Guadalupe Cuadrado. «A veces el ambiente que circula en la sociedad es lo contrario a la integración. Nosotros, con acciones diarias con otros padres y madres en el patio del colegio, en el rellano de la escalera o en nuestro propio trabajo, podemos cambiar el rechazo por el apoyo. Cambiar la mirada es cambiar la actitud», concluye.