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El pasado viernes, 14 de junio falleció el sacerdote diocesano Marcelo Arroyo Cabria a los 87 años en Madrid, ciudad en la que residía. Nacido el 16 de julio de 1936 en Arcellares del Tozo, fue ordenado sacerdote el 24 de septiembre de 1960.

Cursó sus estudios eclesiásticos en el Seminario de Burgos y en la Universidad Pontificia de Salamanca, por la que, además, recibió la Licenciatura en Sagrada Teología. También era diplomado en Pastoral y Catequética por el Instituto Católico de París.

Su primer encargo pastoral fue como capellán de las Religiosas Franciscanas Misioneras de María, en 1963. Un encargo que compatibilizaba con el de profesor de Latín y de Catequética en el Seminario. En junio de 1964, al poco tiempo de su elección como arzobispo de Burgos, tras la muerte de Mons. Pérez Platero, Mons. Segundo García de Sierra y Méndez lo eligió como secretario particular, encomienda en la que se mantuvo hasta 1966.

En septiembre de 1970 se trasladó al Instituto Católico de París y, en 1973, al Secretariado Nacional Catequético, sito en Madrid. Entonces, recibe una licencia para permanecer allí durante 10 años, que en 1984 es ampliada de forma indefinida, siempre y cuando mantuviera el compromiso de colaborar con la archidiócesis cuando fuera requerido para cuestiones de su especialidad.

El funeral por el eterno descanso de Marcelo Arroyo Cabria se celebró el sábado, 15 de junio, a las 17:00h en la iglesia parroquial de Llanillo de Valdelucio, efectuándose acto seguido el traslado del féretro hasta el cementerio de la localidad, donde fue inhumado. La comunidad diocesana, con el arzobispo, Mons. Mario Iceta, a la cabeza, lloran su pérdida y piden oraciones para que Dios lo colme con el don de la vida eterna. Descanse en paz.