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Cerca de 300 personas llegadas de todos los puntos de la archidiócesis han participado en el Encuentro Pastoral Diocesano que este sábado ha acogido la villa ducal de Lerma.

 

La jornada, coordinada por la Vicaría de Pastoral de la archidiócesis de Burgos, ha comenzado a las 10:45 horas con la llegada de los participantes al salón de actos de La Piedad, un antiguo templo reconvertido en sala de actividades. Allí se ha realizado una oración inicial y, tras ella, el saludo del arzobispo.

 

Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa ha comenzado sus palabras recordando que este encuentro es una oportunidad para celebrar todos juntos el Día de la Iglesia Diocesana, que celebraremos el domingo, 10 de noviembre. Ha explicado a los presentes el significado de la Iglesia Diocesana, aquella «porción del Pueblo de Dios unida en torno a dos elementos: uno es la eucaristía y otro la sucesión apostólica».

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También ha apuntado que la cita de este sábado se trata de un encuentro sinodal centrado en la pastoral rural. Una pastoral con gran presencia en la archidiócesis, y no es para menos porque, como ha recordado, es una de las más extensas de España, con cerca de 14.000 kilómetros cuadrados.

 

El arzobispo también ha destacado el lema del Encuentro, extraído de las palabras que el papa Francisco dirigió a los seminaristas en la audiencia privada que les concedió el pasado mes de abril. «Jesús te quiere en esta tierra vaciada para llenarla de Dios», les recordó el Papa a los seminaristas de la comunidad del Seminario de Burgos.

 

Mons. Iceta ha señalado la importante labor que tiene la Iglesia de acompañar a tantas personas en el mundo rural, en los pueblos que conforman la archidiócesis. Unos pueblos que «no por poco poblados son menos queridos. Les acompañamos y son importantes para nosotros», ha afirmado.

 

Además, el arzobispo ha tenido un recuerdo en sus palabras para los afectados por la DANA, especialmente en Valencia. «Nuestro corazón se ensancha hoy para Valencia», ha asegurado, mientras recordaba que la colecta en toda la archidiócesis del próximo 24 de noviembre estará destinada a las víctimas de esta catástrofe natural.

 

El ejemplo de Aguilar de Campoo

Tras las palabras del arzobispo, ha llegado la bienvenida de la alcaldesa de Lerma, M.ª del Carmen Castrillo Pérez; del vicario de Pastoral, José Luis Lastra Palacios; del párroco de la localidad, José María Martínez; y de dos misioneros naturales de Lerma: Carmelo del Río, comboniano que desarrolla su misión en el norte de Uganda; y José Antonio Arroyo, misionero diocesano del IEME en República Centroafricana.

 

Tras ello, dos miembros de la unidad pastoral de Aguilar de Campoo, Valdivia-Barruelo –de la vecina diócesis de Palencia– han presentado su experiencia de trabajo conjunto en los más de 50 pueblos que la componen, de los que 48 no tienen más de 70 vecinos.

 

María José y Amparo han contado su principal iniciativa conjunta: la Semana de la Unidad Pastoral, una actividad que realizan cada año desde 2011 y que «crea muchos vínculos entre las personas que pertenecen a ella».

 

Se trata de una iniciativa nacida de la Asamblea de la Unidad Pastoral, que tiene como objetivo caminar hacia una unidad corresponsable, «creando lazos comunitarios entre los pueblos de la Unidad Pastoral».

 

Lo logran a través de diversas actividades que realizan a lo largo de esa semana, cada vez en lugar diferente de la unidad pastoral: tertulias, día de la oración, mesas redondas… y, el domingo, una misa con toda la unidad pastoral, la única que se celebra ese domingo en toda la unidad pastoral.

 

Para ello, hay un equipo animador, compuesto por 6 u 8 laicas, junto al párroco, que se encarga de elegir los temas, los lemas y organizar todo lo necesario para la Semana de la Unidad Pastoral.

 

Entre los logros conseguidos con esta iniciativa, los organizadores destacan la importancia de haber logrado la corresponsabilidad de los fieles laicos en la preparación de la Semana, así como haber logrado una mayor visibilidad en la sociedad, sobre todo a través de los actos celebrados fuera de los espacios de la Iglesia.

 

‘Orientaciones pastorales para el mundo rural’

Tras ello, se ha producido la presentación del documento diocesano Orientaciones pastorales para el mundo rural, a cargo de Julio Andrés Alonso Mediavilla, vicario territorial, y Saturnino Pardilla, uno de los miembros de la comisión que ha colaborado en la redacción del texto.

 

Entre ambos, han explicado la estructura del documento, en el que se ofrece una primera mirada a la realidad, tanto social como religiosa, y se ofrecen unas pautas de cómo debería ser la espiritualidad en el mundo rural. Finalmente, se ofrecen unas pequeñas propuestas resumidas en cuatro epígrafes: comunión, anuncio del Evangelio, celebración de la fe y caridad y justicia.

 

Entre ellas se encontraban iniciativas como fomentar la constitución de unidades pastorales, reagrupar a las pequeñas comunidades en torno a una sola celebración eucarística comunitaria, promover la atención a ancianos y enfermos y cuidar el ritual de las exequias que, en muchas ocasiones, puede ser una buena oportunidad para promover el primer anuncio. Tras ello, ha comenzado la exposición de algunas de las experiencias que se vienen realizando en la archidiócesis.

 

Cuatro experiencias diocesanas

La primera de ellas ha sido la de la unidad pastoral de Medina de Pomar, que ha presentado Víctor, uno de los laicos que participan en su coordinación. Él ha señalado cómo trabajan para hacerse presentes en las pequeñas comunidades, a través de cinco caminos: acercamiento entre los diversos grupos parroquiales y Cáritas, mantener encuentros con los ancianos de la residencia, ayudar a las cofradías a profundizar y vivir mejor la fe e iniciar procesos de evangelización siguiendo los métodos de primer anuncio (cenas Alpha o reuniones con los padres de los niños de catequesis).

 

La segunda de las experiencias la ha expuesto Concha Martín, religiosa del Niño Jesús Pobre que coordina grupos de Biblia en el arciprestazgo de La Sierra, en Salas de los Infantes. Ha señalado que tras el Concilio Vaticano II, ha nacido un gran interés por conocer la Sagrada Escritura. En concreto, en Salas los grupos bíblicos llevan varios años funcionando. Se reúnen, estudian la Biblia y preparan, entre otras cosas, oraciones bíblicas.


La tercera ha sido el coro de familias de Cardeñadijo, en el Alfoz de Burgos. Allí, Marta Allende, una de sus creadoras, ha narrado cómo nació esta iniciativa, que reúne a jóvenes y mayores en el coro parroquial, que ha llegado a tener cerca de 90 miembros. Un coro que ha salido del ámbito parroquial y ahora actúa también en otros foros, además de en misa, aceptando entre sus filas a todo tipo de personas. El objetivo es que las familias tengan un plan para realizar todos juntos, independientemente de su edad.

 

Por último, se ha presentado el Programa de Mayores ‘A tu lado’ de Cáritas, que se desarrolla en Espinosa de los Monteros. Ana, una de las participantes, ha explicado cómo acompañan todos los jueves, entre las 17:00h y las 19:00h, a cerca de 40 mayores de la comunidad, 10 de ellos, habitantes de la residencia de la localidad. Comienzan rezando, hacen manualidades, reciben la visita de los niños del pueblo, juegan –incluso a los bolos–, e incluso hacen excursiones por la provincia.

 

En definitiva, cuatro experiencias de lo que hace la Iglesia en el mundo rural. Tras ello, los cerca de 300 participantes en el Encuentro se han dividido en cinco grupos para el momento lúdico de la cita. Han tenido ocasión de visitar a las hermanas dominicas de Lerma, de conocer la colegiata de San Pedro, de visitar una bodega, de conocer el ex monasterio de carmelitas y centro de interpretación de la vida contemplativa o de patear las calles de Lerma con una explicación de los principales hitos de la villa.

 

Tras esto, se ha realizado una comida de hermandad en dos restaurantes de la localidad, antes de la obra de teatro que el grupo ‘La Hormiga’ ha ofrecido a los participantes:  El lindo don Diego.