Este lunes, la Delegación de Pastoral para las Migraciones y la Movilidad Humana de la archidiócesis de Burgos ha celebrado un nuevo Círculo de Silencio, en el que ha mostrado su consternación por las tragedias humanas que causan las crisis medioambientales, aprovechando la presencia de miembros del Departamento para la Promoción de la Ecología Integral de la archidiócesis. La solidaridad con las víctimas en las inundaciones de Valencia y otras zonas ha estado muy presente y ha hecho reflexionar sobre cómo el cambio climático agrava y acrecienta las migraciones, que tienen causas profundas económicas y políticas.
En el manifiesto, leído durante la concentración, se ha advertido de que el cambio climático, agravado por una «ineficiente previsión, gestión y dotación de infraestructuras», sigue afectando especialmente a la población más empobrecida, para quienes estas circunstancias representan una cuestión de vida o muerte.
El texto también ha recordado que, solo en 2023, un total de 32,6 millones de personas han tenido que desplazarse por causas medioambientales, como «sequías, agotamiento de recursos, inundaciones y desastres climáticos». La mayoría de estos desplazamientos tienen lugar en países empobrecidos, sin llegar siquiera a cruzar las fronteras nacionales.
En línea con las enseñanzas de la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco, el manifiesto ha denunciado que «los peores impactos probablemente recaerán en las próximas décadas sobre los países en desarrollo», al tiempo que lamenta que estos «poseen poco acceso a servicios sociales y a protección» y carecen de medios para adaptarse a las crisis climáticas.
La Delegación de Pastoral ha advertido, además, sobre la importancia de no caer en la trampa de hablar de «migración climática» como si fuera un fenómeno inevitable o un «castigo divino». Han afirmado que el cambio climático, más que una causa directa, agrava «las condiciones de miseria» que ya existen y cuyas raíces están en «el saqueo de recursos, las guerras provocadas, la deuda externa y la falta de infraestructuras».
La injusticia de esta situación es «aún mayor», han señalado, cuando se considera que las regiones menos responsables del cambio climático son las que más sufren sus efectos. Según datos compartidos en el acto, el 70% de las muertes relacionadas con desastres climáticos en los últimos cincuenta años se han producido en los países menos desarrollados, que apenas contribuyen «con el 1% de las emisiones globales».
Finalmente, los organizadores del Círculo de Silencio han invitado a que la reciente tragedia de la Dana sea una oportunidad para renovar el compromiso cristiano contra «las injusticias económicas, políticas y legales», y para asegurar que «el clima y el medioambiente no provoquen más muertes ni migraciones forzosas, especialmente entre los más vulnerables».
Al finalizar el Círculo de Silencio, se ha hecho una invitación a participar en la concentración para protestar contra la pretendida supresión de ayudas a las entidades sociales que trabajan con migrantes por parte del Ayuntamiento de Burgos. La cita es el próximo miércoles, 13 de noviembre a las 20:00h en la Plaza Mayor.