Como es tradición en Burgos, el arzobispo ha presidido este viernes la celebración del Curpillos en el Monasterio de Santa María la Real de Huelgas. Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa ha celebrado la Santa Misa en la iglesia monacal y, a continuación, ha procesionado con el Santísimo Sacramento por los alrededores del Monasterio.
En su homilía, el prelado ha versado la historia de la fiesta y del Monasterio de las Huelgas, muy vinculado a los reyes de la Corona de Castilla, y también ha explicado la relación entre la Eucaristía y la caridad. Ha comentado el Evangelio proclamado, el relato del milagro de los panes y los peces, y cómo Jesús les dice a los apóstoles «dadles vosotros de comer».
La historia del Curpillos
La fiesta del «Corpus chico» o «Curpillos» es histórica. La primera fecha documentada, según M.ª Pilar Alonso (profesora de la Universidad de Burgos), data del 27 de mayo de 1331, al día siguiente del Corpus, con asistencia del rey Alfonso XI, muy vinculado a Burgos y al Monasterio de las Huelgas. La procesión tuvo lugar por el interior del templo y del claustro de San Fernando, aunque, con el paso de los años salió a recorrer las calles del Compás de Afuera, en el barrio de las Huelgas.
Habitualmente, esta fiesta se celebra el viernes posterior a la celebración de la solemnidad del Corpus Christi pero, cuando ésta cae tarde en el calendario, para evitar la acumulación con las fiestas de San Pedro y San Pablo, se adelanta una semana, como ha sucedido este 2025. Así se da la paradoja de que el Curpillos se celebra antes que el Corpus.
Esta fiesta, arraigada en la cultura burgalesa, combina de manera especial lo religioso y lo profano, creando así una rica tradición popular. Además, más allá de de la misa y la procesión se han sumado a esta festividad elementos folclóricos castellanos, como los bailes de danzantes y gigantones, o la parada militar.
Y es que otro de los iconos de esta celebración es el pendón de la batalla de Las Navas de Tolosa, que se conserva en el Monasterio de las Huelgas y que cada año es portado por el comandante militar de la plaza, en este caso el general de División Mariano Arrazola, que abre la comitiva.