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La Delegación para la Religiosidad, la Piedad Popular y las Cofradías de la archidiócesis de Burgos ha organizado este sábado, 21 de junio, el XXV Encuentro Diocesano de Hermandades y Cofradías. Una edición muy especial, ya que esta cita celebra sus bodas de plata, coincidiendo con el 950 aniversario del traslado de la sede episcopal de Oca a Burgos y con el año jubilar Peregrinos de Esperanza. Por todo ello, la organización decidió que el Encuentro, después de unos años realizándose por diferentes lugares de la provincia, retornara a Burgos.

 

La Delegación había preparado un completo programa de actos que comenzaban a las 9:30h en la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos. A esa hora, el equipo de la Delegación, encabezado por Lucinio Ramos Rebollares, el delegado, ha comenzado a recibir con un café y unas pastas a los cerca de tres centenares de cofrades llegados de todos los puntos de la provincia que han participado en el Encuentro. Tras la recepción de los cofrades, el Aula Magna de la Facultad ha servido para realizar un acto formativo.

 

Aunque el plato fuerte comenzaba a eso de las 11:30h, cuando las dulzainas y los tambores comenzaban a sonar en la calle de Barrantes. Y es que un Encuentro de Hermandades y Cofradías no podía celebrarse sin el consabido desfile procesional. Desde el Monasterio de la Visitación de las madres salesas, la Cofradía de las 7 Palabras y el Santísimo Cristo de Burgos ha procesionado a su titular, mientras que todos los cofrades que lo han deseado han podido ponerse bajo las andas de Santa María la Mayor, patrona de la archidiócesis, traída desde la Catedral para la ocasión. Las imágenes han estado acompañadas por la Agrupación Musical San Fernando Rey y el Grupo de Danzas Burgalesas M.ª Ángeles Saiz, así como por todos los estandartes, varas y medallas de las cofradías participantes.

 

Ya en el Seminario, punto de llegada, se ha procedido a la representación de uno de los momentos más emotivos y especiales de la Semana Santa burgalesa: el Desenclavo del Santísimo Cristo de Burgos, acompañado de las Siete Palabras de Cristo en la Cruz. Se trata de «uno de los actos más emblemáticos y con más prestigio de la Semana Santa burgalesa», ha explicado Lucinio Ramos, y que muchos de los presentes, con diferentes obligaciones en sus parroquias y cofradías en la mañana del Viernes Santo -que es cuando se celebra-, no pueden disfrutar.

 

La capilla del Seminario, templo jubilar decretado por el arzobispo de Burgos para este año santo, ha acogido la celebración eucarística, presidida precisamente por Mons. Mario Iceta Gavicagogeacoa, en la que han concelebrado diferentes sacerdotes de la archidiócesis y que ha estado animada por el Grupo de Danzas Burgalesas M.ª Ángeles Saiz, que ha interpretado diferentes momentos de la Misa Castellana.

 

En su homilía, el arzobispo ha señalado la importancia de la eucaristía para la vida cristiana. «Donde no hay eucaristía, la Iglesia no crece», ha recordado a los presentes, explicando la importancia del Seminario, «corazón de la archidiócesis», y de las vocaciones sacerdotales porque «sin sacerdotes no hay eucaristía».

 

Mons. Iceta también ha recordado que la caridad está directamente vinculada a la eucaristía, y ha pedido a los cofrades que siempre que se reúnan u organicen un encuentro, acudan a la eucaristía, que es la fuente de la hermandad. Al concluir la celebración, el arzobispo se ha tomado fotos con todas y cada una de las cofradías que han participado en el Encuentro.

 

Los actos han concluido con una comida de hermandad en el Hotel RICE Palacio de los Blasones de la capital.