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Aranda de Duero se convirtió este sábado en punto de encuentro entre arte y la fe con la celebración de la Noche de Arte y Oración (NAO), que por primera vez en la archidiócesis se celebraba fuera de la capital burgalesa y bajo el lema Abiertos al encuentro. Centenares de personas pasaron en la noche del pasado sábado, 25 de octubre, por la iglesia de Santa María la Real, el templo más emblemático de la capital ribereña, para vivir una experiencia de oración a través de la música, la danza, el teatro y la creación artística. Con el objetivo de facilitar también visualmente el clima de oración, el lema de esta edición se dispuso con letras blancas a los dos lados y bajo el sagrario del templo, remarcando la centralidad del encuentro con Cristo para los cristianos y cristianas.

 

Desde las siete de la tarde hasta las doce y media de la noche se sucedieron las propuestas de casi una treintena de grupos y colectivos: coros parroquiales, grupos de danza y música tradicional, artistas individuales, familias, actores y actrices, y también movimientos, asociaciones, como la de personas sin hogar y organismos diocesanos, como el departamento de Ecología Integral. La NAO ribereña contó también con el impulso de dos miembros del grupo Brotes de Olivo, los hermanos Judith y Chito Morales, que compusieron un tema para la ocasión inspirados en el lema del encuentro.

 

El propio templo de Santa María se convirtió también en protagonista de varias propuestas artísticas y de oración: jóvenes de la parroquia compusieron a lo largo de la noche un tapiz de serrín tintado entorno a la pila bautismal, con una bonita alegoría que plasma el significado de la NAO entorno a la fe en Cristo. Por otra parte, algunos santos de la imponente portada de piedra de la iglesia cobraron vida para que los “santos de la puerta” (también de la de al lado) acercaran a través de microteatro el significado de la santidad hoy.

 

Paralelamente y gracias a la flexibilidad del formato de la NAO, que permite entrar y salir del recinto de oración en cualquier momento, en silencio y con respeto, centenares de personas pasaron por la iglesia de Santa María a lo largo de la noche. Iluminado en el exterior con diversidad de colores, el templo acogió a numerosas personas que acudían con más curiosidad y expectación que conocimiento de la experiencia, pero acabaron quedándose durante horas por el gusto y la sorpresa de encontrarse con una propuesta en la que belleza y espiritualidad iban de la mano.

 

La NAO nació hace cinco años en la archidiócesis de Burgos con una primera edición que se celebró en la Catedral. Antes de recalar en Aranda ha pasado por la iglesia de San Lorenzo, el Seminario de San José y la iglesia de San Nicolás. Esta quinta edición marca un hito al trasladarse por primera vez fuera de la capital, cumpliendo su vocación diocesana de ser una experiencia abierta a todas las comunidades. Así se puso de manifiesto con la variada procedencia de quienes participaron, que llegaron desde Burgos, Melgar de Fernamental, Cardeñadijo, y desde las localidades ribereñas de Zazuar, Milagros, Vadocondes, Pardilla y Aranda.

 

Una experiencia que ha sido posible gracias a la implicación de muchas personas que han apoyado su celebración como participantes, voluntarios, y con el aliento y apoyo del equipo que lleva promoviendo esta iniciativa desde sus comienzos.