Jesús «ha constituido a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo», que es la Iglesia. A través de sus cartas, san Pablo ha dejado constancia del modo en que los primeros cristianos se organizaban para realizar distintas tareas al servicio de la Iglesia, acciones que el apóstol llama «ministerios» y que Dios distribuye a través del Espíritu Santo (Ef 4,11-12; 1Cor 12,1.4-11).
Veinte siglos después, la Iglesia en Burgos desea continuar esta senda y organizar sus acciones a través de la «promoción de los diversos ministerios laicales, instituidos o no», procurando «una mayor incorporación de laicos y religiosos en los diversos servicios y cargos de responsabilidad a todos los niveles eclesiales, incrementando de un modo especial la presencia significativa de la mujer». Esta propuesta, recogida en el nuevo plan «Peregrinos de esperanza», ha centrado hoy la sesión de trabajo del consejo diocesano de pastoral, que ha incorporado a nuevos miembros tras la reciente reorganización de la curia diocesana. Las razones de la promoción de estos ministerios laicales responden a su necesaria participación en la creación de unidades pastorales y la maduración de las comunidades cristianas.
Ha sido el profesor de Eclesiología en la Facultad de Teología, José Luis Cabria, quien ha ayudado a la reflexión sobre la temática. «El ministerio es un elemento imprescindible para edificar la Iglesia», ha explicado. Después de su desvinculación en el camino al sacerdocio, lo ha definido como «un servicio voluntario, estable y permanente, reconocido públicamente por la comunidad eclesial», «que conlleva el discernimiento de un carisma», y una posterior «capacitación, preparación, reconocimiento, envío, acompañamiento y formación», ha esbozado. «Los ministros no son más que los demás» laicos, ha subrayado, y ha explicado que algunos son «instituidos» por el obispo –entre los que se encuentran los ministerios de lector, acólito y catequista– y otros son «reconocidos» por toda la comunidad, como los animadores litúrgicos, los voluntarios de Cáritas y tantas otras acciones que son comunes en la vida de la Iglesia. La promoción de los ministerios laicales es «una apuesta de futuro», una opción que favorece el servicio de los bautizados en la Iglesia y la sociedad, ha concluido.
En la reunión, que ha presidido el arzobispo, don Mario Iceta, se ha debatido sobre los servicios que deberían formar parte de las unidades pastorales y la promoción de los ministerios de lector, acólito y catequistas, así como los ministros extraordinarios de la comunión. El orden del día también ha contado con varias informaciones sobre la fundación educativa ‘Manjón y Palencia’, la campaña diocesana a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia y la próxima celebración del Día de la Iglesia Diocesana, que se desarrollará con un encuentro en Melgar de Fernamental.