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El arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, ha mantenido este miércoles, 1 de mayo un encuentro con los sacerdotes de más reciente ordenación -en los últimos 10 años- del presbiterio burgalés, acompañado del vicario para el Clero de la archidiócesis, Miguel Ángel Díez Villalmanzo. La localidad vizcaína de Guernica y Luno, de la que el prelado es natural, ha sido el escenario para esta jornada, la última de las tres que tradicionalmente se celebran cada curso, algo que le ha imprimido un toque emotivo y muy personal a la visita.

El encuentro ha comenzado por la mañana, con la llegada a la iglesia de Santa María de Guernica, un precioso templo gótico y renacentista del siglo XV en el que Mons. Iceta fue bautizado al poco tiempo de nacer. Allí, el grupo ha concelebrado misa junto al arzobispo, que en la homilía ha repasado las palabras que el papa Francisco dirigió a los seminaristas de la archidiócesis el pasado sábado.

Tras la celebración eucarística, el grupo de sacerdotes ha recibido la visita del obispo de Bilbao, Mons. Joseba Segura Etxezarraga, que se ha acercado hasta Guernica para compartir un diálogo fraterno con los sacerdotes del presbiterio burgalés. A este encuentro tras la misa también ha acudido un grupo de sacerdotes que fueron ordenados por Mons. Iceta cuando era obispo de Bilbao. Entre ellos, el propio párroco de Guernica.

Después, los sacerdotes de más reciente ordenación de la archidiócesis han visitado la Casa de Juntas de Guernica, sede de las Juntas Generales de Vizcaya. Allí han podido contemplar el Salón de Plenos, en el que se reúnen los apoderados y, en el exterior, el símbolo de la soberanía foral de los territorios de Vizcaya: el Árbol de Guernica. Bajo él, los señores de Vizcaya juraban fidelidad a las leyes forales de este territorio.

Los sacerdotes de más reciente ordenación del presbiterio burgalés también han celebrado junto al arzobispo una comida de fraternidad y, tras ésta, una tertulia alrededor de un café con vistas a la playa de Laida, por la que también han tenido ocasión de dar un paseo. Desde allí, Mons. Iceta les ha mostrado la isla de Ízaro, frente a las costas de Bermeo y Mundaca, y les ha explicado que en ese lugar aislado se estableció en el siglo XV una comunidad de frailes franciscanos, convirtiendo la isla en un lugar de retiro.

Con ese rato de compartir experiencias y opiniones ha concluido este encuentro de sacerdotes jóvenes, momento en el que cada uno ha partido a su lugar de origen.