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El curso académico de la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos, ha llegado a su fin este miércoles, 24 de julio, con la defensa de la tesina del sacerdote regimontano Alexis de Jesús Hernández Fuentes, que le otorga el título de licenciado en Teología Dogmática. Concluyen así las defensas previstas para el final de este curso 2023-2024 que se ha saldado con ocho tesinas de Licenciatura.

Alexis forma parte, junto a Miguel Alejandro Ortiz Balandrán y Marcelo de Jesús Varela Ramírez, del grupo de tres sacerdotes mexicanos, pertenecientes a la arquidiócesis de Monterrey, que durante dos años han estado estudiando en la Facultad con el objetivo de obtener la Licenciatura. Alexis y Miguel ya regresan a su arquidiócesis de origen, mientras que Marcelo presentará su tesina en septiembre, antes de volver a México.

 

«Ha sido una acogida maravillosa»

«Somos los primeros en participar en este convenio entre las dos archidiócesis», explica Marcelo Varela, «y no sabíamos qué era lo que nos íbamos a encontrar». Narra cómo cada uno de los tres sacerdotes mexicanos ha vivido este tiempo en la archidiócesis de Burgos y, apunta cómo Miguel y Alejandro llegaron siendo diáconos, por lo que pasaron el primer año viviendo en el Seminario de San José: «Participaron mucho, trayendo ideas del seminario de Monterrey, porque han pasado 12 años de formación en él y tenían muchas cosas que compartir», señala. Él, mientras tanto, recibió encargos pastorales en los pueblos, «teniendo esa experiencia del contacto con la gente, muy diferente de la realidad de allá, que es una ciudad grande».

Varela afirma que «ha sido una acogida maravillosa» la que han recibido por parte de la archidiócesis de Burgos. «Los sacerdotes, el arzobispo… nos han acogido como uno más de casa. Nos hemos sentido muy en familia. Y eso se refleja en las experiencias que hemos tenido», asegura. En la cuestión de los estudios en la Facultad, la experiencia «ha sido increíble». Reconoce entre risas que a él la cuestión académica le ha costado un poco más, tras 30 años sin pisar un aula, pero que «los muchachos ya ‘traían vuelo’» y ha resultado más fácil para ellos.

En cualquier caso, se ha tratado de una experiencia muy enriquecedora porque, además, han podido constatar cómo «en la misma Facultad no están reñidos el rigor académico con la fraternidad que se experimenta». Varela destaca «unos profesores muy cercanos, todos expertos en su campo y realmente preparados, así como una relación muy interesante entre todas las materias, con una organicidad entre los contenidos de todas las asignaturas».

A esta primera «camada» de sacerdotes mexicanos la va a suplir otro sacerdote y un seminarista, que se incorporarán el curso que viene a la Facultad. Varela no descarta, incluso, que Alexis y Miguel regresen en un futuro a cursar el Doctorado. La única queja que formula sobre Burgos es por el frío: «Venimos de una tierra caliente. Pero todo pasa. Ojalá todo fuera tan sencillo como eso», afirma entre risas.

 

Una labor formativa que traspasa fronteras

El secretario de la Facultad de Teología del Norte de España, Raúl Pereda Sancho, ha señalado que el centro de estudios cuenta con cerca de cuarenta alumnos extranjeros en sus aulas. «Hemos tenido alumnos de varias nacionalidades durante este pasado curso: de México, de Angola, de Costa de Marfil, de Burundi, de Tanzania». Casi el 25 por ciento de ellos ha recibido algún tipo de beca directamente de la Facultad: «Es un servicio que prestamos, como generosidad con otras diócesis más jóvenes y con menos recursos. Se les beca con el deseo de que el conocimiento y el saber de la Teología se pueda compartir y ayudar a otras diócesis». Unas becas en las que la Facultad invierte cerca de 100.000 euros cada año. «Becar a un alumno supone pagar la matrícula y las tasas de estudios, pero también el alojamiento, el seguro médico…», señala Pereda.

La mayoría de los que llegan son sacerdotes que se desplazan a Burgos para estudiar la Licenciatura en Teología. «Hasta este año hemos tenido dos seminaristas de la diócesis de Gitega, en Burundi», explica Pereda, «y a partir del próximo curso comienza un acuerdo con la diócesis de Mbaiki, en República Centroafricana, cuyo obispo es Mons. Jesús Ruiz Molina MCCJ, natural de Miranda de Ebro, que también enviará dos seminaristas para que sigan formándose aquí».

Muchos de los sacerdotes que llegan a estudiar a la Facultad compatibilizan los estudios con la colaboración en tareas pastorales: «Colaboran en alguna parroquia, en los pueblos, en alguna comunidad de vida religiosa… y de esta forma prestan un servicio a nuestra archidiócesis, en la que cada vez se nota más la carencia de sacerdotes. De alguna manera, nos enriquecemos las dos partes. Los sacerdotes porque vienen aquí a continuar su formación y la archidiócesis porque se beneficia de su servicio pastoral».

La gran mayoría terminan los estudios con la Licenciatura, pero cerca del 30 por ciento continúa para lograr el Doctorado, que no cuenta con un sistema de becas tan establecido como para la Licenciatura. «Es un acuerdo a largo plazo, porque se tardan cerca de cinco años en defender la tesis», concluye Pereda.