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Con el lema «Nuestro patrimonio, nuestro corazón: dona para mantenerlo vivo», la archidiócesis de Burgos pone en marcha un año más la campaña Protemplos, una iniciativa destinada a unir a feligreses, población general y párrocos en un esfuerzo común para preservar y proteger el valioso patrimonio eclesiástico de la provincia. Desde 2017, esta campaña ha recaudado 208.736,59 euros, ayudando a 82 iglesias y ermitas a mantener su estructura y belleza. Este año, la archidiócesis pretende doblar lo recaudado en las últimas ediciones hasta superar los 60.000 euros.

Como sostiene la ecónoma diocesana, Mariola Rilova, los recursos económicos para mantener en pie los 1.700 templos de la archidiócesis «son limitados». Con lo recaudado en la campaña Protemplos, se quiere ayudar a todas aquellas parroquias que no pueden acogerse a otras subvenciones, pudiendo así «arañar» el dinero necesario para reparar tejados y cubiertas, consolidar muros y cimientos que amenazan la integridad de iglesias y ermitas.  

Un legado a proteger

Los templos son el «corazón de nuestros pueblos», el lugar donde se crea comunidad y que aúnan «sentimientos y simbolismo», pues en ellos se bautiza, se fundan familias y se despide a los seres queridos. De esta manera, «más que un problema, el patrimonio se convierte en una oportunidad para recuperar la ilusión de los pueblos», como sostiene Juan Miguel Gutiérrez, párroco de 45 localidades al norte de la provincia.

Él es testigo del revulsivo que supone el cuidado y la preservación del patrimonio. El monasterio de Rioseco atrae cada verano a cientos de voluntarios que desean recuperar este enclave, convirtiéndose en «un emblema de lo que podemos conseguir». Un patrimonio que une a las personas de las pequeñas localidades, que atrae turismo, riqueza y oportunidades para los pueblos de la España Vaciada. Como miembro de la comisión diocesana de Patrimonio Cultural, sostiene que Protemplos supone «un pequeño empujón para animar a los pueblos a seguir soñando».

Protemplos, además de se una ayuda económica, involucra a parroquias y ayuntamientos en un proyecto común. El dinero recaudado se gestiona en un fondo único, distribuido por la comisión de Patrimonio Cultural de la archidiócesis. Las ayudas se priorizan según la urgencia y necesidad económica de cada parroquia, otorgando más recursos a las que más lo necesitan, ayudando de esta manera a las comunidades que no pueden acogerse a otras ayudas habituales.

«Es un recurso más al que acudir», como explica José Luis de Miguel, concejal del ayuntamiento de Merindad de Río Ubierna y testigo de la implicación del pueblo de Masa en reparar el retablo y el reloj de su parroquia. «Ha sido un gran proyecto de unión de todo el pueblo y estamos felices porque hemos conseguido dar esplendor a la iglesia».

Este año, la colecta central de esta campaña se llevará a cabo el domingo 11 de agosto, ofreciendo una oportunidad para que todos puedan contribuir a través de sobres que se distribuirán en las iglesias. Además, las donaciones se pueden realizar en cualquier momento del año a través del sitio web donoamiiglesia.es. Los donativos se pueden acoger a significativas ventajas fiscales. Las personas físicas pueden deducir hasta un 80% de las donaciones de hasta 250€, y un 40% o 45% para donativos superiores, si son recurrentes. Las personas jurídicas pueden deducir un 40%, o hasta un 50% si el pago es recurrente.