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El arzobispo de Burgos, don Mario Iceta, presidió ayer la celebración de la eucaristía de la patrona de Miranda de Ebro, la Virgen de Altamira, a la que acudieron los sacerdotes del arciprestazgo, miembros de la corporación municipal, autoridades civiles y militares y un gran número de mirandeses.

 

En el día en que la Iglesia celebra también la fiesta del Dulce Nombre de María, el arzobispo quiso destacar la importancia de «la Madre de Dios y madre nuestra, que la Iglesia celebra en sus diversas advocaciones a lo largo de todo el mundo». «Su figura maternal está presente en cada uno de los cristianos, como estuvo presente en los principales momentos de la vida de su Hijo y, también, acompañando a los apóstoles», señaló en su homilía.

 

Tras la comunión, y como es habitual, los ganadores del primer premio en las cuatro categorías del Concurso Poético a la Virgen de Altamira (adultos, juvenil, infantil y benjamín), pusieron el broche final a la celebración declamando sus composiciones.

 

La víspera de la fiesta, se celebró también la popular ofrenda floral a la Virgen, en la que se homenajeó al recientemente fallecido Benito Pobes, insigne mirandés, que fue presidente de la cofradía de la Virgen de Altamira, entre otras muchas aportaciones a la vida educativa (como profesor), cultural y religiosa de la ciudad. Por su parte, la lluvia obligó a suspender la procesión de los Faroles.